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PEDRO, al ver al Señor, le pregunta: «Quo vadis Domine» (¿A dónde vas, Señor?) a lo que Cristo contesta: «Romam vado iterum crucifigi», («Voy hacia ... Roma para ser crucificado de nuevo»)
Este ojo que observa ve a España camino de ser nuevamente crucificada. Llevamos más de una década en la que el sacrificio es el pan nuestro de cada día ¿Qué le pasa a este país que se ha vuelto sordo y bobo? ¿Quo Vadis España? España va a otra revolución industrial en busca de las nuevas energías, dependiendo de las comunicaciones de un mundo en el que si “petan” los sistemas informáticos, estamos todos fuera de este tablero de ajedrez en el que todos somos peones de no se sabe quién. Nunca el mundo, en su totalidad, ha estado más esclavizado y dependiente de algo: las comunicaciones. Si han escuchado a Joe Biden entenderán perfectamente a lo que me refiero
Nos están encaminando para entrar de cabeza en esa revolución energética, imprescindible para sujetar el trampantojo económico actual.
Pero mientras tanto, me preocupa muchísimo este nuevo movimiento obrero, el de ese obrero no protegido, un obrero autónomo que vive pendiente de unas energías que no controla y que le pone a los pies de los caballos, sin que sus dirigentes entiendan y comprendan que su estatus de libertad, se está viendo amenazado de forma aplastante.
En nuestra sociedad el obrero ya no mira al cielo, ni entiende al viento, ni siente los pájaros, ni escucha las voces de las hojas. Es un obrero aullando como un lobo sin que se le escuchen los aullidos por su futura pobreza.
Es una sociedad donde el obrero trabaja como un esclavo para ver Netflix o HBO.
España está presa de crear nuevos productos para reconvertirnos y olvida que su piedra angular, despreciada y vilipendiada, es la tierra como origen de todo ¡pobre campo! Vivimos en la filosofía de querer lo del vecino, pero el vecino también se empobrece a la velocidad del rayo. Y entonces ¿qué nos queda?
Los rastros están llenos de herramientas tiradas, porque aquí ya no producimos nada. Herramientas hechas a forja por herreros de verdad, las que se usaban para crear bienes, mecánicos, hortelanos, ebanistas, zapateros... y ahora nada se hace en esta tierra nuestra...no sabemos usar las herramientas y las que hay, son chinas, que a los dos usos que les des, se rompen porque no valen para nada.
¿Dónde vas España de mis amores, tú que te nutrías de ti misma, usando cuanta riqueza tenías y te has abandonado al mercado del “chino”?
Aquí no hacemos nada y si nada hacemos ¿cómo vamos a subsistir?
Pedro, ¿a dónde encaminas este barco sin velas, sin timón, al albedrío de los vientos que interesan a no sabemos quién y por qué?
Algo no funciona y no funciona desde dentro, desde lo más profundo de este País que se está convirtiendo en esclavo de lo que aún no conoce.
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