Borrar

Desde hace trece meses estoy pendiente de una operación quirúrgica en el Hospital de Salamanca, todavía del Sacyl. No se preocupe que no es asunto ... de vida o muerte, pero sí molesto. Más o menos llevo 390 días esperando a ser llamado para las correspondientes pruebas preoperatorias, que son más del doble de la demora media, que está en 129 días, según nos dicen -lo cual ha causado bastante risa y en consecuencia hernias-, y algunos más de los 300 que se ponen de límite, según Verónica Casado, para ser operado. Nadie, antes de que acabe el año puede llevar más de 300 días esperando para serlo. ¿Y si no es así, hay sanción, azotes, guillotina, crucifixión, hoguera, el rincón de pensar...? Mi condición de veterano en la lista de espera -y seguro que estoy muy lejos del decano de ella- hace que mire con escepticismo las cifras o directamente no me las crea. Mejor si me equivoco, pero hemos escuchado tantas veces lo mismo, y en tantas ocasiones se han incumplido los planes... Personalmente achaco este voluntarismo del momento de nuestra doctora Casado a la proximidad de las elecciones. Entramos en el tiempo de las promesas, prepárese, porque todo el mundo se va a poner muy nervioso. Insisto, por mi bien y por el de mis colegas de lista de espera, quiero equivocarme, pero hay de por medio un traslado de hospital, una menguada plantilla de médicos, corta para los quirófanos del nuevo centro, y nunca se sabe si tendremos una sexta ola que desbarate los planes o una conjunción planetaria que los haga imposibles. Dudo de que nuestra sanidad sufra una transverberación teresiana y creo, más bien, que todo seguirá igual.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Santiago Juanes. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca ¡Qué tiempos!