Por qué soy feminista
Jueves, 7 de marzo 2019, 04:00
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Jueves, 7 de marzo 2019, 04:00
Porque en los 17 primeros días de este 2019 han sido asesinadas ocho mujeres a manos de hombres que, a ojos de familiares, vecinos y ... amigos, eran normales.
Porque aún hay a quien le sigue pareciendo un asunto que no nos concierne a los demás. Hasta que nos toca cerca, claro. Luego la cosa cambia y ahí sí. Ahí pedimos que doten de presupuesto una ley que algunos quieren derogar, travestir y diluir confundiendo al personal con mentiras repetidas, con falsas estadísticas y con subvenciones inexistentes a grupos que nada tienen que ver con el apoyo y la defensa a las víctimas de violencia machista. Que se lo pregunten a las religiosas que se ocupan de ellas. Por cierto, las monjas también paran el 8-M. Y se manifestarán en las calles. De morado. Lo cuentan en un vídeo donde desgranan sus motivos como una letanía justa y necesaria ante este rosario histórico de injusticia y desigualdad. De discriminación normalizada y asumida. De cultura patriarcal.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, hay que parar. Porque desde que existen registros sobre víctimas del terrorismo machista —año 2003— en España hemos enterrado a 983 personas cuyo único delito fue negar la autoridad y el poder de su marido, su novio, su pareja o su ex pareja. Y ante el terrorismo, ni un paso atrás. Basta ya.
Porque el desempleo femenino es del 16,2% frente al 13,1% del de los hombres. Porque sólo uno de cada diez trabajadores —a pesar de ser un derecho— tiene horarios flexibles para conciliar la vida familiar y laboral. Porque las empresas y los gobiernos han convertido la maternidad en un artículo de lujo. En un lastre para la carrera laboral de una mujer. En un riesgo para conseguir o conservar su puesto de trabajo. Y eso sí que no.
Porque la desigualdad salarial es de un 14,2% que así, como dato, no se entiende de la misma manera que si nos dicen que una mujer trabaja gratis a partir del 10 de noviembre porque sí. Porque ella no lo vale.
Porque aunque las mujeres son el 40% del profesorado universitario, únicamente el 21% ocupan una cátedra. Porque estas mismas profesoras tienen que seguir escuchando que no existe el techo de cristal.
Porque necesitamos más feminismo. Sí, feminismo. Ese principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre que, según la RAE —y aunque el término sea masculino— es un movimiento social histórico que reivindica el fin de la discriminación y las violencias que padecen las mujeres por el mero hecho de serlo. Por no tener pene.
El 8-M hay que parar porque nos merecemos un mundo mejor.
Porque necesitamos más feminismo. Por la mujer de mi vida. Por mis hermanas. Por mis sobrinas. Porque unidos podemos y debemos. Por mis hijas. Por el amor de Dios.
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