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¡ Menuda semana llevamos! No hay por dónde agarrarla. La verdad es que se me acumula la perplejidad
Este ojo que observa ha tenido que ... ir al oftalmólogo porque sinceramente, ante tanto desatino y desacierto, ha pensado que era imposible lo que estaba observando. Lo alucinante ha sido el diagnóstico: a su ojo no le sucede nada, es más, su visión es perfecta lo que realmente está distorsionado son los acontecimientos a los que nos enfrentamos. Atentos:
De repente los ex etarras nos dan lecciones de lo que van a hacer en España, porque ya va siendo hora de poner las cosas en su sitio ¿¿¿¿???? La ministra Celaá, con el apoyo de sus acólitos ultraizquierdistas y los independentistas, saca adelante una Ley de Educación que pone en entredicho la libertad de los españoles. Una vergüenza a la que se une la pugna por la educación especial. El idioma español deja de ser nuestro vehículo de aprendizaje para todo el país y por lo tanto, nuestra seña de identidad lingüística, porque se ha eliminado la mención al castellano como lengua oficial y vehicular de la educación. Tenemos la oleada más grande de migrantes desde 2006 en Canarias y ¿por qué? porque el pilar del gobierno actual, Podemos, está tocando las narices a Marruecos en el conflicto saharaui y claro, para no ponernos a pegar tiros, nos responden abriendo las puertas de su país para que Canarias se invada por una “fuerza humanitaria” que se utiliza como arma arrojadiza por el país “amigo”. El dinero europeo juega al escondite inglés una, dos y tres. Y la pandemia nos ahoga como una “boa constrictor imperator” que se comporta más como un áspid. Y no les cuento más porque de perpleja paso a catatónica.
Esto es insoportable... ¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué parece que todo nos encamina hacia un caos ante el que parece que estuviéramos atados de pies y manos? Tengo la sensación de que nos estamos desintegrando como un terrón de azúcar en un vaso de agua templada. Sí, templada. Todo parece un supositorio suave que nos están metiendo, porque estamos distraídos en el miedo de un virus que nos atenaza. Es como una película de terror en la que se intuye todo y no se puede hacer nada para evitar el desastre.
No es pesimismo, ni mucho menos, es una ducha de realidad absoluta. ¿Dónde está la izquierda culta, la cuerda, la constitucionalista, la verdadera heredera del sentir del pueblo español que adora su libertad? ¿Se la ha tragado la tierra? o ¿está anestesiada y cansada? ¿Pero qué le pasa a este País? ¡Cómo no estar perpleja!
Menos mal que para evadirnos siempre podemos perdernos, con mascarilla, en el DA2 para disfrutar de la exposición de Ángel Luis Iglesias y dejar volar la imaginación y el espíritu hacia un mundo lleno de libertad y arte.
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