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En mi anterior artículo sobre los Noctámbulos en la Plaza Mayor no cité a una persona, porque ni era salmantino, ni estaba afincado en la ... ciudad. Solamente pasó cuatro meses en 1926, pero vividos muy intensamente, impregnándose del arte salmantino y adentrándose en las interioridades charras, siendo recibido con los brazos abiertos en las tertulias del Novelty, del Casino y por sus compañeros peripatéticos nocturnos bajo los arcos de la Plaza, pese a que sus convicciones políticas fueran muy diferentes. Fueron sus compañeros nocherniegos y escuchó las proféticas charlas de don Fili, las ingeniosas del profesor Sáez y alternó con el periodista Fernando Iscar, con Gonzalo S. Mirat, el arquitecto Santiago Madrigal o el ingeniero gallego José Calviño, que había sido su compañero de estudios en Madrid.
Se trata de Joaquín García-Hidalgo Villanueva, que durante la Dictadura de Primo de Rivera fue deportado a Salamanca. Había nacido en Puente Genil el 26 de octubre de 1890 y se le impusieron los nombres de Joaquín Evaristo de san José, en la parroquia de Nuestra Señora de la Purificación. Era hijo de Joaquín García-Hidalgo y Dolores Villanueva Delgado y contrajo matrimonio con Antonia García García en la parroquia de san Nicolás, el 25 de marzo de 1922. Afiliado al partido socialista, en 1918 se da de baja en la agrupación de Puente Genil, disconforme con el comportamiento de sus cabecillas en los luctuosos sucesos del mes de noviembre. Comienza una encarnizada campaña en la prensa denunciando los abusos cometidos, lo que le supone la expulsión. En 1922 dirige “La Voz” de Córdoba y se inicia también en la masonería como “Betis”, en la logia Turdetania, número 15, de Córdoba.
En 1925 cuando se encontraba pasando una temporada en Salamanca, el 18 de julio debe llegar el exministro de Instrucción Pública mejicano don José Vasconcelos, pero al fallarle el enlace en la estación de Medina del Campo alquilan un coche matricula SA 1042 a Jesús Sánchez Quintero, que lo conduce, el catedrático de Derecho Romano don Wenceslao Roces Suárez, el profesor de francés de la Escuela Normal de Maestros y periodista Fernando Felipe que firmaba con los seudónimos de Pepe Rey, Juan de Salamanca y Sir-ve y el propio Joaquín. Vuelca el vehículo en Alaejos resultando con fractura del cúbito y radio y la base del cráneo Fernando Felipe, encontrándose al borde de la muerte y con diversas contusiones Roces y daños en la cadera derecha Hidalgo. El mejor parado fue el conductor del vehículo que solamente pasó el susto correspondiente.
Avisados los amigos del Novelty se desplazó el doctor Núñez, acompañado de los médicos Firmat y Prieto Carrasco. Dada la gravedad de Fernando Felipe fue trasladado a Salamanca con toda precaución y siguió en estado gravísimo durante algún tiempo, recuperándose al fin y muriendo en Salamanca en 1947.
Joaquín sigue afiliado a la masonería en la logia “18 Brumario” numero 21 de Puente Genil y posteriormente en la “Danton” número 7 de Madrid. De vuelta a sus quehaceres periodísticos, luchando por los campesinos andaluces, funda y dirige en 1930 el diario “Política” de Córdoba, no olvidando su producción dramática.
El 28 de julio de 1936, detenido, fallece en el Cuartel del Regimiento número 1 de Artillería de Córdoba de “coma diabético” según el Registro Civil, aunque parece ser que se le obligó a consumir dulces a sabiendas de que padecía diabetes.
El escultor cordobés Enrique Moreno Rodríguez, conocido como “El Fenómeno” esculpió un busto sobre piedra con la efigie de Joaquín, que hoy se conserva en el Museo de Bellas Artes de Córdoba. Ambos fueron detenidos en 1930 arrancando la placa del militar José Cruz-Conde. Fue fusilado en la madrugada del 8 al 9 de setiembre de 1936 en Córdoba.
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