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Hoy celebramos el Día de Reyes, chun chun. Otro día feliz con el que cerrar el ciclo navideño que, de nuevo, habremos dedicado más a ... comer que a rezar. Lo normal cuando hasta las iglesias están cerradas a cal y canto: puro amor en los tiempos del cólera (gracias García Márquez) o cuentos para una cultura acelerada (Gracias Douglas Coupland), lo que prefieran para describir esta nuestra particular espuma de los días (gracias Boris Vian) en la que vivimos entre virus mutantes, tecnología “fast & furious” y una indigesta sensación de ausencia de futuro bajo la máxima “carpe diem”, el latín que sobrevive en los tatuajes.

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lagacetadesalamanca Oro, incienso y anhelos