“Nuevos tiempos, viejos problemas”

Este ojo que observa recomienda releer la Historia para entender mejor nuestro presente. Parece que aquello que ya pasó poco puede enseñarnos, porque tenemos la ridícula presunción de pensar que, solo nosotros tenemos la solución.

Saben que en esta columna se defiende, desde siempre, el conocimiento de la Historia pues puedo asegurarles que en ella encontramos muchas de las claves para comprender las situaciones que vivimos en el momento presente. La humanidad en el transcurso del tiempo, ha tenido que afrontar numerosas diatribas, contiendas, revoluciones, trasformaciones e incluso periodos de aparente involución. Ayer releía lo que fue y supuso, para nuestro entorno geográfico más próximo la gran Castilla, el movimiento comunero. Encontraba muchas concomitancias y ecos que me recordaban el actual problema territorial español sin duda basado en temas económicos que, al fin y a la postre, siempre son el origen de todas las confrontaciones. El movimiento de las Comunidades para diversos autores, ponía en la palestra la lucha de los que querían perpetuar un sistema consolidado por el tiempo, frente a un Carlos V que intentaba la apertura a Europa. Buen intento que ni hoy, ha dado resultados. En definitiva, ir hacia un concepto europeísta en contra de los localismos. ¿Les suena?

Lo curioso del asunto es que el poder establecido, derrocó estrepitosamente a las Comunidades, llevándose de paso la evolución y progresión de la burguesía en nuestro territorio. Si repasan la situación de la Castilla de entonces, también estaba sumida en un profundo problema, la “despoblación”. He oído en estos últimos días, a nuestro actual presidente autonómico, hablar del gran problema territorial por despoblación que tenemos en nuestra querida Castilla-León. La Historia también aporta mucha información sobre lo que otros hicieron con ese mismo problema y sobre todo, da luz sobre los grandes errores que se cometieron y lo que desgraciadamente no se hizo.

Tal vez necesitemos en este momento traductores que adapten los acontecimientos del pasado a los actuales y que analicen los errores para poder ser valientes y acometer las reformas necesarias y urgentísimas que demanda nuestro territorio y que nunca se han hecho.