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Nuestra señora de París

Miércoles, 17 de abril 2019, 05:00

De niña tuve la suerte de jugar en un patio de colegio con vistas privilegiadas: el del Virgen de la Vega. Desde el Teso de ... la Feria veía cada mañana las dos torres de nuestras Catedrales mirándome frente a frente, alzándose bellas e imponentes, haciéndome sentir aún más pequeña de lo que ya era. Cuántas vidas habrán visto pasar ante sí, pensaba. Cuántas, desde que la Catedral Vieja comenzó a erigirse en 1120. Cuántas celebraciones y desgracias habrán presenciado esos pilares y bóvedas. Desde el terremoto de Lisboa en 1755 que la dejó marcada y ligeramente inclinada para siempre, hasta la instalación frente a ella del primer cuartel general de Franco durante la Guerra Civil, en lo que hoy es el Palacio Episcopal. Incluso algún rayo quiso amenazar con llevársela por delante en 1705, aunque no lo consiguió.

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