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La fiesta no para, como bien sabe la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, de la que se han filtrado unas imágenes dándolo todo ... en una fiesta privada, lo que me ha traído a la memoria a varias concejalas –y algunas alcaldesas—salmantinas a las que he visto entregadas a la causa de la música y buen rollo con una copa en la mano, sin que ello me haya escandalizado, como ha ocurrido en Finlandia, uno de mis escenarios favoritos de novela negra y política, que a veces se confunden. Hablo de ellas, porque me temo que aquí, como en otras cosas, hay un componente machista, lo que rompe alguna idea que tenemos de esos países nórdicos tan liberales para según qué temas. Aquí prima el principio establecido décadas atrás por Raffaella Carrá sobre el mejor lugar para hacer el amor, el escándalo lo tenemos como referencia bailable gracias a Raphael y en las verbenas aún se baila en “No pares, sigue, sigue” de Lito y Manolo, The Gypsies. Además de saber divertirnos en una fiesta lo tenemos como actividad normalizada y agosto es un buen ejemplo: Alba de Tormes y Peñaranda, para comenzar, donde con frecuencia la fiesta pública va precedida y se remata con otra privada.

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lagacetadesalamanca No para, sigue, sigue