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Atendemos a diario, con el corazón en un puño, los fríos números de contagios, hospitalizaciones y fallecidos por coronavirus. Descubrimos sorprendidos que alcaldes de graníticos rostros ya se han vacunado y encima lo cuentan en los medios de comunicación con insultante desfachatez. No comprendemos cómo ... puede haber personas que, para celebrar un cumpleaños o disfrutar de una noche de fiesta, pongan en peligro la salud y la vida de los de alrededor sin rubor alguno. Padecemos impertérritos a autoridades, de todo signo y color, incapaces de ponerse de acuerdo no ya en cuestiones de ideología, sino en la simple hora de un toque de queda.

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