Borrar

Acaba de publicar Marcos Ordóñez, una especie de dietario titulado “Una cierta edad”, en el que cuenta una curiosa anécdota sobre un mendigo que habitualmente ... se instala en la calle madrileña de Fuencarral. Al tipo no se le ha ocurrido otra cosa que rodearse de carteles en los que en vez de escribir la típica biografía del desventurado padre de familia numerosa que recaló en el paro, especifica sobre cada uno de los recipientes instalados: “Para vino”, “Para porros” y “Para resaca”. “Al menos soy sincero”, resume en otro cartel bien visible. El caso es que ese mendigo, según nos cuenta Ordóñez, es con diferencia el que más limosnas recibe de los contornos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Juan Mari Montes. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Mendigo en Fuencarral