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Matria es el título de un brillante poemario de mi querida y admirada amiga Raquel Lanseros, desde el que indaga en la propia identidad y ... la parte más íntima de la realidad. Y también es un concepto que, como bien dijo Yolanda Díaz, utilizaron Unamuno, Borges, Virginia Woolf o Julia Kristeva “y que nada tiene que ver con la tierra de nacimiento, ni con el Estado, sino con un lugar interior en el que crear un lugar propio”. Es decir que no es, desde luego, la traducción de “motherland”, ni tiene nada que ver con la patria (salvo, tal vez, en el planteamiento de Unamuno). Más allá de que el concepto sea hermoso y esté bien traído en los textos de intelectuales diversos, me pregunto cuál es el propósito del discurso de la ministra de Trabajo al intentar tergiversarlo todo y sugerir la necesidad de cambiar “Patria” por “Matria”. Además de ser cosas distintas ¿por qué habría de ser una mejor que la otra? Y si hiciéramos tal cambio ¿deberíamos hablar del “padre matria” en vez de la “madre patria”? ¿Por qué ese extraño feminismo con sesgo político, del que se ha apropiado Unidas Podemos, decide por el mundo femenino al completo?
El feminismo no es un movimiento político sino social. Y en él han de tener cabida las mujeres -todas distintas- de las diferentes condiciones, lugares de nacimiento, razas y colores. Y solo siendo patrimonio de todas y entendiendo las diferencias entre todas, tendrá verdadero sentido. Por desgracia, desde el partido morado creen que en el feminismo solo caben aquellas mujeres -que no personas, he visto cómo en manifestaciones feministas las “chicas moradas” echaban a muchos hombres- y, supongo que también los gays y trans que compartan su credo, impuesto con la autoridad de las dictaduras. Me repele pensar que el esfuerzo de la ministra de Trabajo para lograr que el Consejo de Ministros pase a llamarse Consejo de Ministras, solo es comparable a su empeño en esquivar la palabra “dictadura” al hablar de esa Cuba donde tantas mujeres no solo no tienen opción a defender el feminismo, sino, siquiera, su propia identidad. Debe de creerse la ministra que contando lo de “matria” -que insisto no es el femenino de patria- y proponiendo lo del “Consejo de Ministras” no solo es más feminista y guay que las demás, sino que apoya causas fundamentales. Pues el lenguaje inclusivo es conveniente, claro, pero ha de desarrollarse, como decía la propia Clara Campoamor, según va haciéndolo la sociedad, en todos los campos y lo primordial es la justicia, el trabajo y la libertad. Creo que Unidas Podemos y sobre todo sus ministras siempre tiran por lo efectista -ni siquiera por lo urgente-, en vez de por lo importante y buscan de manera deliberada la división de la sociedad. Y las “matrias”, no sé, pero las madres en general lo que quieren es unir y no dejar fuera a ninguno de sus hijos, por muy diferentes que sean. Los padres, por cierto, también...
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