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ESTE ojo que observa, observa... La vieja Europa se encuentra inmersa en la sexta ola de una pandemia que va para dos años y que ... lejos de desaparecer, evoluciona de covid a ómicron, y de aquí vaya usted a saber a qué. Los países de la UE ven cómo sus economías se debilitan: inflación, aumento de precio en las energías, materias primas, cesta de la compra... Si a ello le unimos la bajada espectacular de ingresos por “turismo”, ya que ha caído en picado como consecuencia del momento... Parece que la UE, noqueada, solo mirase su ombligo mientras que, a las puertas de su casa, un gravísimo conflicto está en “fase de saturación”. Me refiero al problema ucrano-ruso, conflicto que ha tenido varias etapas desde el año 2014 con la anexión de Crimea a Rusia (calificada de ilegítima) y la guerra de Donbáss que comenzó ese mismo año y que aún continúa, lo que está poniendo a la UE y a la OTAN al borde de un precipicio bélico con confrontación armada. Si a esto le sumamos que se ha acusado a Rusia, no solo de intentar desestabilizar Ucrania, sino también de inmiscuirse en las elecciones estadounidenses de 2016 y de ayudar al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, a crear una crisis migratoria a las puertas de la UE, la relación entre Rusia y Occidente, en los últimos años, se ha deteriorado.

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lagacetadesalamanca Más allá del ombligo del covid