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Hace escasos dos días las “moles” del campo tomaron las arterias principales de la ciudad para salir a defender lo que no se defiende. Y ... digo bien, lo que no se ha defendido y sigue sin defenderse. Me da igual que hablemos a nivel local, que autonómico, que nacional. Ahora que el hijo pobre y tonto de la economía, me refiero al sector primario, se ha puesto de moda para todo el mundo, urbanita claro, con palabras como: campo, España vaciada, el interior peninsular, la despoblación... no puedo por menos que echarme una carcajada amarga y dolorosa por la nula sensibilidad que se ha tenido y se tiene con todo un sector del que dependemos para vivir. Sí, queridos lectores, del que dependemos para comer y vivir, pues si por nuestra boca no entran alimentos... nos morimos. Además pongo en énfasis que aquellos alimentos tratados y hacinados perjudican seriamente a la salud. Últimas investigaciones advierten de que, en un porcentaje alto de los cánceres estudiados, la alimentación y el tipo de vida son factores nada desdeñables en su aparición. Y se llena la boca de “una alimentación sana es fundamental”. Y ahora les pregunto ¿de dónde piensan ustedes que va a salir una alimentación sana? ¿De las fábricas y de las grandes urbes?...

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