Secciones
Destacamos
EN la provincia de Salamanca durante 2019 el 23,4% de los niños nacidos allí tenían al menos un progenitor extranjero, pero esa proporción no ... llega ni de lejos al 53,2% de Gerona o al 48,4% de las Baleares. En el conjunto de España fue del 34,3%.
Existe un gravísimo problema de baja fecundidad en España y la inmigración aporta y puede aportar una parte de la solución a los males derivados del hundimiento demográfico que tiene su origen en esa baja fecundidad –pérdida de población laboral y total nativa, y envejecimiento social creciente, por insuficiencia de nacimientos de padres españoles–, pero la inmigración no es, ni puede ser, suficiente.
Lo que los medios de comunicación no suelen dejar claro es que la evolución del índice de envejecimiento (proporción de los mayores de 64 años respecto a la población total) no depende de la evolución de la mortalidad –en España la esperanza de vida es de las más altas del mundo- sino de cómo evoluciona la fecundidad, cuyo indicador más usado es el de número de hijos por mujer y que es España es bajísimo: 1,2 o 1,3 hijos.
En los últimos 20 años se ha dado una gran pérdida de población española nativa de 20 a 39 años (la tercera parte de la que había hace dos décadas), uno de los segmentos más vitales para una sociedad, tanto en lo productivo como en lo reproductivo, y más acentuada en determinadas provincias. Por ejemplo, en Vizcaya entre 2001 y 2021 la población de 20-39 años nacida en España ha caído el 49,4%, y en Salamanca el 43,8%. En el conjunto de España, el 34,8%, lo que representa 4.348.000 jóvenes menos en tan sólo veinte años.
Solo un poco más de un tercio de esa merma ha sido compensada por inmigrantes, que tienen un bajo nivel de estudios promedio y de cualificación laboral. Lo cual lleva a que sólo aporten el 5,8% de las cotizaciones a la Seguridad Social y el 4,3% del IRPF, dos veces y media menos que la aportación de cada español.
La ganancia media anual de los trabajadores nativos fue en 2019 de 24.936 euros y la de los inmigrantes de América de tan sólo 15.794.
Por otra parte, las tasas de paro de España, y muy en especial de los inmigrantes no europeos son muy altas y desconocidas en Europa, salvo en Grecia. Todo lo cual da idea de lo mal que se ha gestionado la inmigración en España en relación a cómo se ha hecho en el resto de Europa y en la UE.
Y tampoco juega a favor que los hijos de los inmigrantes apenas llegan a los niveles superiores en la enseñanza, tanto universitaria como en Formación Profesional, lo cual dificulta gravemente su promoción social y su integración.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Joaquín Leguina. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.