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UNO de los días sagrados del año para los judíos es el día de la expiación. El Antiguo Testamento recoge la costumbre de seleccionar dos chivos para purificar las culpas. Uno de ellos era sacrificado como ofrenda a Dios y sobre el otro, el Sumo ... Sacerdote posaba las manos en su cabeza para transferirle todos los pecados del pueblo de Israel. Una vez cargado con las culpas, el animal era abandonado en el desierto, para desterrar los males que llevaba consigo y alejarlos. Aquellos fueron los primeros “chivos expiatorios” de la historia, una tradición que nos ha acompañado hasta nuestros días.

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