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Lo tiene advertido Juan del Enzina: “Hoy comamos y bebamos, y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos”. Mañana ya es hoy, Miércoles de Ceniza. ... Se acabó honrar a San Antruejo corriendo delante de los toros, bailando y comiendo farinato como si no hubiera un mañana, porque el mañana ya está aquí. Pasaron los “cenizos” y hoy toca quemar la gargantilla de San Blas y que sus cenizas nos recuerden que somos polvo. Toca también limpiar bien los cacharros que en su momento albergaron carne, algo así como purificarlos, como se recuerda en el “Libro del Buen Amor”, sin dejar nada contaminado por la carne y mucho menos por el tocino. Presumamos de nuestra relación con el libro de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, porque uno de sus manuscritos está vinculado al Colegio Mayor de San Bartolomé, lo que llamamos “Anaya”, que probablemente fue donado por Pedro de Anaya. El manuscrito fue expoliado y estuvo en el Palacio Real desde 1803 a 1954, cuando el honoris causa a Franco facilita su regreso. Anda entre sus tintas Alonso de Paradinas, arcediano de Alba, que también lo hace tras el nombre de “Arcediano”, que lleva el nombre de la calle que nos conduce al Huerto de Calixto y Melibea.

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lagacetadesalamanca Los cenizos