Secciones
Destacamos
Hace aproximadamente media hora y cinco minutos que nadie llama a este titular de la línea que es un servidor, para darme los buenos días ... y a continuación ofrecerme un superofertón irresistible que incluye internet con fibra óptica de 100 Mb, con velocidad real y total fiabilidad, dos líneas de móvil con llamadas ilimitadas y un router wifi gratis con mantenimiento incluido y atención al cliente las 24 horas del día. Y ojo, todo ello, por ser yo quien soy, y sin compromiso de permanencia una vez transcurrido un año y medio a partir de la firma del contrato.
Es sólo media hora y cinco minutos (bueno, ya seis), pero no me parece lógico ni normal que precisamente esta mañana que estoy aburrido y me apetecía charlar, se pongan todos de acuerdo para hacerme el vacío e ignorarme soberanamente de esta manera tan humillante. Sobre todo, teniendo en cuenta la confianza que hemos ido adquiriendo con el tiempo, tras los cientos de llamadas diarias a cualquier hora de la mañana, tarde o noche. Realmente, no creo que haya tantos potenciales clientes que, como yo, adviertan simplemente con escuchar sus distintos tonos de voz, cuando Marta de Ono acaba de conseguir un nuevo contrato, o cuando Pedro de Jazztel ha vuelto a discutir con su nueva novia, o cuando Héctor de Movistar está melancólico, o cuando Eva de Vodafone, ha pasado una noche horrible por culpa de esas úlceras pépticas que le diagnosticaron el mes pasado. Debe obedecer todo a una conspiración porque no me creo que hayan desistido todos a la vez en su idea de ofrecerme unas condiciones mucho más ventajosas de las que disfruto con mi actual compañía, por más que les haya jurado mil veces, que por el momento no pienso cambiar de operador. Pienso que su obligación, al fin y al cabo, es seguir intentándolo por más resistencia que yo ponga, utilizando las mejores armas de que disponen, es decir, la persuasión y su capacidad para interrumpirte en los momentos más inoportunos.
En fin, voy a darle unos minutos más y si no, sospecho que tendré que llamarles yo a ellos y preguntar qué está sucediendo ahí fuera en sus empresas, para que esta mañana no me estén agobiando con sus agobiantes e inmisericordes llamadas de costumbre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Juan Mari Montes. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.