Librillos de papel de fumar

A pesar de que parezca insólito, ganaba dinero vendiendo únicamente este género, como se demuestra que le sucediera Isidro González Brieva, hacia 1898, con el mismo negocio.

El Monopolio Estatal de Tabacos primero y a partir de 1887 la Compañía Arrendataria del Monopolio de Tabacos eran los encargados de la distribución en España y sus Colonias de todas las marcas existentes, que eran más de mil en forma de estuche, doblado, cartera y mazo. Así existían: Corazón, Giralda, Cruz de Malta, El Chino, La Torre del Oro, La Mariposa, El lirio Español, Los Peces, La Botella, El Barco, Felipe IV, 2 de Mayo, La Lámpara, La Pantera, El Negrito libre, El Pez dorado, El Cazador, La Marina, el Ratón, Cascada, Farol, Gamuza, Marfil, Carabela, Cleo, Gol, Lanuza, Habana, Toro, Pay Pay, (considerado el más antiguo), Tiburón, El Caballo, La Mula, La Barajita, La Baraja, India, Indio Rosa, Zomopaper, Raw, OCB, El Corsé y El Aragonés, además de “La Estrella” sostenida por 2 leones de Francisco Avica Álvaro, de Alcoy.

Casi todos los fabricantes introdujeron en el librillo una hoja roja con la inscripción: Aviso, quedan cinco hojas, como recuerdo para comprar otro.

Es de notar que la competencia vendía todo tipo de marcas de librillos: “La tienda del “Reló” en 1861; el estanquero Juan Meca, en el número 22 de la Plaza, con la marca “Riz Abadíe”, de Irún, con estuche alargado de color en tonos claros el normal de 49 hojas y el extrafino con 100; la “Librería Religiosa”, de Antonio García Álvarez que, ya en la calle de la Rúa, número 32, antes de 1895 vendía la marca “Jean Paris”, de P. Roger, de Barcelona, con su estuche alargado de tapa ajedrezada de 49 hojas y “La Suez”, el estanquero Epifanio Sánchez Talavera, de Prior, 1, que tenía en exclusiva la marca “Canalejas”, “Hijo del Sol” que se despachaba en la tienda Ciudad Condal de la Rúa, 15 y Buxaderas y Cía. en la Plaza vendía el “Jaramago” en 1881. Ya en 1867 Sebastián Cerezo y Bonifacio López en 1876 vendían librillos en la calle de la Rúa. Eran ya famosas las marcas registradas “Smoking”, de Miquel y Costas & Miquel, S. A. de Barcelona, que databa de 1879, de estuche cuadrado en color rojo oscuro, empresa que además comercializaba el librillo más conocido y vendido en la época que era “El Pino” y también “El Roble”, imitación del anterior y la francesa “Zig Zag”, también de forma alargada y en color naranja. La marca “Bambú”, con sus “El Negrito” y “El Cubano”, creada por Rafael Abad Santonja y Sobrinos. Vendían también librillos en Salamanca: Luis Antara y Amparo Vázquez, en Toro, Catalina Baquero, bajo el Arco del Ayuntamiento, Manuela Domínguez y Santiago Fratres, en el Arrabal, Manuela González, en la Rúa, Hernández de Agreda, en la Plaza Mayor, Vicente Martín, en San Pablo, Lorenzo Pascua, en Poeta Iglesias, María Peña, en Prior, José Pérez Limidedos, en las Cuatro calles, Isabel Ruzco, en san Julián y Bernardo Tomé, en la plaza de la Verdura. Tuvieron gran aceptación unos librillos con motivos salmantinos como: La serie de tipos españoles de Rafael Abad Santonja de Alcoy en la que aparecen un charro y una charra, la colección de mujeres españolas y la marca denominada “La Charra” del fabricante, también de Alcoy, Vicente Reig Valor, con una mujer luciendo el traje típico y portando un ramo en su mano derecha o la colección de monumentos de Salamanca, con la fachada de la Universidad patentada por Juan Botella Selfa.