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Tengo a la vista “La cocina sentimental”, un libro de Antonio Civantos, que fue su primera y única incursión en el mundo de la ... gastronomía. Un libro personal y bien surtido de frases enmarcables. En uno de los capítulos habla de una novia salmantina y su familia, que tenía como ritual dominguero una paella horrible que sin embargo consideraban la mejor del mundo. Civantos, cuyo pico ya prometía, no lo sentía del mismo modo y el asunto terminó mal. Con los años y su mayor presencia en Salamanca terminé por presentarle un libro al tiempo que iba dándole forma al detective Ciro Blume, que acaba de protagonizar nuevo libro que ya está en las librerías, así que supongo que Antonio Civantos peregrinará a Salamanca a presentarlo y quién sabe si asistirá también al oficio aquella novia y habrá o no paella. También regresa a Salamanca Ana Pastor, antigua alumna de Medicina y buena aficionada al hornazo. Viene de la mano del Códex, cuyas fiestas hacen más ameno el sombrío febrero. Pastor aparece entre las políticas mejor valoradas. Cae bien. Como Manuela Carmena, que también viene al Códex. Estaba invitada Greta –la ecologista, no la nueva acompañante de don Estella—pero no llegaba a tiempo así que se desplegará un juego titulado “Sin infancia ni naturaleza, Greta pierde la cabeza”, pero quien de verdad pudo perderla (literalmente) fue Pedro Dorado Montero al que le tuvo muchas ganas el Padre Cámara. Un busto, que es algo más que una cabeza, del ilustre penalista presidirá la entrada a la Facultad de Derecho desde este Códex, cuya procesión del vino o el desfile de pendejos habría encajado en la idea de Santa Compaña de José Luis Cuerda y su “Bosque Animado”. Se nos fue Cuerda, que era un tipo estupendo y nos recordó qué importante es que amanezca y nos imaginemos de vez en cuando una realidad paralela como la que viven águedas y feministas, que hemos visto esta semana. Una realidad que convierte a Salamanca en ciudad de peregrinación, como estos días nos ha recordado José Sacristán, paseando por nuestras calles como peregrino como se hace en Santiago de Compostela. Ambos son ciudades de peregrinación. Sacristán ha estado en Salamanca representando a Delibes y no me consta que sonase ningún móvil durante su interpretación, al contrario de lo que le ocurrió –y ha vuelto a ocurrir—a Lola Herrera durante sus “Cinco horas con Mario”.

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lagacetadesalamanca Las paellas de Civantos