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No es solo por los veintitantos meses de pandemia que, además de estar haciéndose larguísimos, han mermado la venerable presencia de los patriarcas del sentir ... popular. No es solo por temer que la Salamanca rural pierda las tradiciones profanas y religiosas de tiempos de reverencia, que los más derrotistas llaman ‘ya idos’. No es solo por paliar el aburrimiento, por animar un poco el cotarro o, sencillamente, porque ya nos podían las ganas. El caso es que, el pasado miércoles, La Fuente de San Esteban se puso la peineta y la mantilla y se fue de fiesta a la iglesia, para cantarle Las Candelas a su Virgen: «Retírense las señoras/ y dejen el paso franco/ que la virgen va a ofrecer/ con su santo niño en brazos. / Día de la Candelaria/ el segundo de febrero/ salió a misa de parida/ María Madre del Verbo».

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lagacetadesalamanca Las Candelas: nos podían las ganas