La zapatera prodigiosa
Miércoles, 24 de marzo 2021, 04:00
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Miércoles, 24 de marzo 2021, 04:00
Respetable lector: permítame que comience imitando la entradilla de García Lorca a su famosa pieza teatral. Uno tampoco pide “benevolencia, sino atención”, a estas reflexiones ... sobre el proceder político de una zapatera prodigiosa – o perniciosa -, de Ciudad Rodrigo, en la moción de censura al gobierno de Mañueco. María Montero ha tenido en los medios sus días de gloria- o de escoria -, que ha protagonizado por su evasión – o traición -, y donde ha brillado su elegante figura, de fémur largo, dice un amigo escultor. Procuradora que, como la protagonista de la farsa – aunque Montero no parece ser un prodigio -, no debe extrañarles que haya tomado “actitudes agrias”, porque seguramente ella también “lucha con la realidad que la cerca, y con la fantasía cuando se hace realidad”. No extrañe por tanto que, entre las murallas de Miróbriga y en la Comunidad, haya comentarios para todos los disgustos.
María Montero comparte apellido, ay, con la marquesa de Galapagar, y con la portavoz del gobierno sanchista-comunista. Lo que casi nadie sabe es si estuvo tentada de remendar los zapatos descompuestos de Tudanca con su decisivo voto; si hubo cantos de sirena para que lo (in)vistiera (y calzara) presidente; si mediaron dádivas – Ferraz paga traidores -, o era gratis total. Dijo estar “tranquila”, lo que en sus circunstancias precisa mucho temple. Pero como los apóstoles fueron doce (tantos como procuradores de Ciudadanos), y apostató -no se sabe si por treinta monedas -, su conducta sería la versión femenina de Judas. Lo dudo. Prefiero tragarme la versión de su jefe de filas, el vicepresidente Igea : “Es buena persona”. Es decir, que – a diferencia de Tudanca -, si la atropella el camión de la decencia, la encuentra surtida. Eso si, Igea añadió : “Debe dejar el acta”. O sea, “zapatera a tus zapatos”. Pero como no parece que sea esta la intención de la mirobrigense, acrecienta los rumores de las lenguas de vecindonas, y las críticas de algunos sesudos analistas, que arrinconan indebidamente la presunción de inocencia.
Raúl del Pozo escribe : “España está cascada, jodida, y no funciona”. Añado que todo lo que sale de Moncloa -¡todo!-, y esto salió, es tóxico. En este lamentable descalzaperros, sobran bribones, cabrones, mociones...y traiciones.
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