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Voy a pensar que ha sido una casualidad. Lo contrario sería señalar a alguien, que tiene gracia o cree que la tiene, por no decir ... cachondeo. Y no está el horno para bollos, aunque sean de masa madre. Ayer, 1 de junio, el santoral citaba la festividad de la Virgen de la Luz, coincidiendo con el estreno del nuevo recibo de la luz, que estructura nuestra existencia energética en valles y picos, y quizás nos obligue a instalar la lavadora al lado de la cama. Da igual, porque el precio de la luz ya viene envenenado. De momento he colocado en el frigorífico los horarios y una estampa del Cristo de la Luz, que Esteban de Rueda hizo allá por el mil seiscientos y sacan en procesión los universitarios el Martes Santo. Quizá se encomendasen a él los salmantinos que a finales del XIX y principios del XX vivían pendientes de la incipiente luz eléctrica que Carlos Luna introdujo en Salamanca y tantas discusiones generó entre su empresa, “La Electricista Salmantina”, y el Ayuntamiento. Aquella luz, que llegó a Salamanca en 1889 gracias a él, se reforzó con la creación de “La Unión Salmantina”, y entró en la modernidad con la famosa “Electra de Salamanca”. En mi infancia, cuando se iba la luz se llamaba a la “Electra”. Lo de Iberduero fue más tarde y lo de Iberdrola, de ayer, como quien dice. Ignacio Sánchez Galán es el Luna de nuestros días, lo cual es curioso o, al menos, da que pensar. La luz de entonces se “fabricaba”: el actual Museo de Historia de la Automoción, nacido de los fondos de un luminoso coleccionista, Demetrio Gómez Planche, fue “fábrica de luz” de “La Unión Salmantina”, con sus máquinas y vapores, y el agua caliente que salía y utilizaban las lavanderas. Aquello era bastante sostenible. Por lo demás, el servicio en los primeros tiempos era un desastre: las bombillas se fundían cada dos por tres, había apagones cada tres por cuatro, en muchas casas sólo había una bombilla y las máquinas de las fábricas de luz generaban un ruido que hacía imposible el sueño... Un desastre que hoy parece divertido, pero entonces era para encomendarse al Cristo de la Luz.

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lagacetadesalamanca La Virgen de la Luz