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Sonarán las campanas, crepitarán las copas y las lentejuelas brillarán para muchos como diminutas luces que adornan los sueños de un nuevo año. Esos sueños ... que se forjan con ilusión, lucha y trabajo, sí trabajo, porque les aseguro que el triunfo no tiene atajos. Dejaremos atrás los fracasos, lo que no conseguimos, los fallos que cometimos o lo que sencillamente no tuvimos valor para hacer. Lloraremos a los que se fueron en el 2022, porque son la certeza de que en otro año será nuestra partida. Pero el 2023 llama con intensidad a la puerta para hacer más viejo al que se va y que el tiempo lo engulla con la fuerza de los vientos, para dejar paso a la ilusión y a la esperanza.

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lagacetadesalamanca La vida no debe