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El miércoles estuve con Alexandra y David, una pareja de Santander que regresaba de Portugal tras haber recorrido en su BMW GS la carretera nacional ... 2 entre Chaves y Faro, 738 kilómetros por el “viejo mundo” en tres etapas y con todo el pasaporte de la Estrada Nacional 2 convenientemente sellado. A pesar del mal tiempo, estaban felices de su viaje por la espina dorsal portuguesa, una suerte de “Ruta 66” ibérica que, al contrario que la norteamericana, desaparecida casi al cien por cien salvo puntos muy concretos en Arizona y Nuevo México, se encuentra en perfecto estado; una “estrada” además llena de vida en la “Portugal vaciada”, porque esta carretera EN2 está sirviendo para llevar riqueza y emprendimientos a zonas empobrecidas y alejadas de la influencia y el empuje de Oporto y Lisboa. La EN2 se dibuja en el mapa por lo mejor de Portugal, del Valle del Duero/Douro a Évora pasando por Coimbra o Leiria. Desde la frontera con Orense hasta acabar en el océano, todo un viaje de grandes sensaciones y espectaculares paisajes -sin olvidar a las gentes, el patrimonio y la gastronomía lusas- y que entre los moteros se está convirtiendo en carretera de culto.
Y aquí, en la EN2 que tantas veces he recorrido por tramos -Portugal se saborea, no se traga sin masticar- es donde me pongo triste y rabioso al ver nuestra histórica Ruta de la Plata olvidada, sin que nadie sea capaz de ponerla en el mapa como fuente de riqueza y de conocimiento siguiendo esa vía moderna que la recorre, la N-630 entre Gijón y Sevilla, cicatriz de asfalto llena de siglos y cultura. El verdadero catálogo de la España interior, ¡por Tutatis! Y aunque hay una Red de Ciudades en la Ruta de la Plata, en la que están integradas Salamanca, Guijuelo y Béjar, su actividad, mucha o poca, apenas es conocida a pesar de que al contrario de lo que ocurre con la EN2, más lúdica, la Ruta de la Plata es pura Historia y sólo hay que ver los municipios que atraviesa. Del buen comer y de las bellezas paisajistas que ofrece la N-630, qué decir que no se sepa. Pero imploro, ¿por qué nos cuesta tanto movernos, pensar, proyectar, ejecutar?, ¿por qué nos cuesta tanto valorar los tesoros que tenemos? Este artículo, además de mi encuentro casual con la pareja cántabra de la GS, viene a colación del proyecto italiano para rehabilitar la Vía Apia como ruta de peregrinación por la Historia; la Vía Apia unía Roma con Brindisi y fue la primera gran vía del Imperio Romano y hoy prácticamente está desaparecida bajo el asfalto de la Strada Statale 7. Ahora, el Gobierno italiano quiere enmendar la barbarie y sacar “al mercado” lo mejor que tienen/tenemos: la Historia.
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