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Cuenta la historia que en el siglo XV dos familias, la de los Enríquez y la de San Benito, se disputaban el control de la ciudad de Salamanca de forma encarnizada. El miedo era tal, que en la plaza del Corrillo, que separaba las zonas ... controladas por ambos bandos, crecía la hierba porque nadie se atrevía a cruzar por ella. Fue San Juan de Sahagún quien logró, después de años, mediar para que se firmara la paz y acabar con la llamada Guerra de los bandos. El conflicto dio nombre a la céntrica plaza que usted y yo hemos pisado tantas veces, y que hoy me sirve de inspiración para retratar el absurdo que estamos viviendo estos días a cuenta de las elecciones en Madrid.
Le escribo estas líneas desde la Comunidad que los estrategas de los partidos están tratando de desfigurar para pintar una contienda parecida a aquella de los bandos. Su imaginario ha llenado la campaña electoral de trincheras, desde las que algunos candidatos disparan contra los otros para azuzar el voto del miedo. Día sí, y día también, escuchamos términos como fascismo, comunismo, falta de libertad, odio, balas, navajas aparentemente ensangrentadas y se recurre al “no pasarán” como si fuera un eslogan adaptable a una democracia. Nos dicen sin rubor que todo eso está en juego, por unas elecciones regionales que ahora mismo no tendrían que ser una prioridad. Le confieso que tanta sobreactuación me produce vergüenza ajena y solo le encuentro sentido, si los que intentan llevarnos a esos extremos nos consideran imbéciles.
Si usted no viene por aquí desde hace meses, tal y como mandan las restricciones del Estado de Alarma, sepa que las calles no están divididas en bandos. Y hágame caso si le digo que en ningún lugar he visto dejar de crecer la hierba por miedo a cruzarse con alguien del otro lado. Puede que haya residuos de polarización pero la prioridad general, como en el resto de España son los contagios, los hospitales, la economía, la salida de esta crisis o la incertidumbre por el fin del Estado de Alarma. El miedo ha fracasado y quienes lo atizan viven otra realidad. No lo digo yo, lo dicen las encuestas que apenas han variado a lo largo de toda la campaña, a pesar de todos los excesos.
A principios de la semana que viene, coincidiendo con las elecciones de Madrid, se prevé un nuevo repunte en las UCI de la mayoría del país. Otra paradoja más de esta convocatoria a las urnas, que pone en evidencia que hay quien confunde permanentemente al enemigo. Que en medio de una pandemia, haya habido una campaña electoral y que en ella se haya hablado tan poco de la salud, es un síntoma de que una parte de la política está enferma. Y lo peor es que han intentado contagiarnos con un simulacro de la contienda de los bandos. Nunca unos discursos tan simples fueron tan difíciles de entender. Están en otra guerra.
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