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Pocas veces las universidades de este país defienden una misma idea. Siempre suele haber alguna, habitualmente de Cataluña o del País Vasco, que muestra objeciones ... a lo que defiende la mayoría. Sin embargo, en esta ocasión el Ministerio de Educación ha conseguido unir a todas las universidades públicas de los diecisiete distritos universitarios del país en contra del proyecto que regulará las nuevas pruebas de acceso conocidas como EBAU.
En apenas unos días, las instituciones públicas de enseñanza superior españolas se han unido para elaborar un documento de alegaciones al futuro real decreto de la EBAU en el que, no solo hacen un repaso pormenorizado del texto de los ministerios de Educación y de Universidades, sino que argumentan cada propuesta para que Pilar Alegría y su equipo no tengan excusas para no atender sus peticiones.
Desconozco quién ha realizado el documento publicado por los ministerios, pero desde luego no habló con los que saben del tema. ¿Recuerdan su época de estudiantes? ¿Cuántas horas duraban los exámenes que tenían que realizar? Seguro que la respuesta varía considerablemente en función de la carrera que cursaron. Ahora los exámenes de la EBAU duran hora y media, de manera que cada día los alumnos pueden tener dos ejercicios por la mañana y otros dos por la tarde con un descanso de media hora entre ellos. La propuesta ministerial es que a partir del próximo año 2024, cuando comenzará a implantar el nuevo modelo de exámenes, las pruebas duren 145 minutos, es decir, dos horas y media, de manera que los descansos se alargarían también hasta los 45 minutos. Esta ampliación complicará la realización de dos exámenes en la misma mañana, pues hay que tener en cuenta que en este tipo de pruebas es necesario que los alumnos se presenten con antelación suficiente para poder pasar lista y organizar a los alumnos en el aula. Como consecuencia, y como ya han denunciado los responsables de las instituciones académicas, las pruebas de la EBAU, que ahora duran tres días, podrían alargarse hasta seis, de manera que incluso fijar la fecha para su realización se complicaría con el nuevo modelo que defiende la ministra Alegría.
El Gobierno se ha empeñado en reformar la EBAU, una prueba crucial para miles de jóvenes, ya que de ella dependerá su futuro académico, y ha empezado la casa por el tejado. ¿No sería más adecuado esperar a que esté completamente implantada la nueva ley de educación para reformar la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad?
Está claro que a Castilla y León, y en concreto a la Universidad de Salamanca, no les va a gustar ninguna evaluación que no suponga unificar las pruebas por completo, pero al menos los ministerios de Educación y de Universidades deberían intentar que el nuevo modelo de examen fuese del agrado de la mayor parte de las instituciones académicas.
Pilar Alegría no escarmienta. El año pasado por estas fechas hablaba orgullosa de un nuevo modelo de la EBAU basado en una prueba de madurez. Su propuesta no gustó a nadie y el malestar del sector educativo fue tal que la ministra tuvo que recular para evitar que pidieran su cabeza. Ahora la situación pinta igual de fea, las universidades no ocultan su rechazo y los profesores de Bachillerato reconocen públicamente su preocupación por la incertidumbre ante el futuro examen.
Y el malestar ha crecido cuando se han dado a conocer las guías de corrección según las cuales será prácticamente imposible obtener un cero.
¡Qué lástima que no se cuente con los que verdaderamente saben antes de tomar una decisión de tanto calado!
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