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A estas alturas ya no sorprende que nuestros políticos se lancen como okupas a la conquista de esos paraísos que utilizamos para escapar y refugiarnos ... de su ruido. Tenemos asimilado que no pueden dejar la música en paz, libre de sus luchas partidistas a pesar de la petición de auxilio por parte de los legítimos dueños de esas canciones. Vuelven una y otra vez a usarlas y de ese modo pervertirlas y mancharlas en su triste provecho.

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lagacetadesalamanca La música no se toca