La muerte no es el final
Miércoles, 10 de marzo 2021, 04:00
Secciones
Destacamos
Miércoles, 10 de marzo 2021, 04:00
El Yacente vuelve a la vida, comienza a incorporarse. Ese instante estaba inédito en la iconografía, hasta que un charro de Matilla de los Caños, ... talló magistralmente un bloque de madera de pino Valsaín. Venancio Blanco, inspirado por su profunda fe, logró su pieza mas preciada, “su” Cristo, en el preciso momento que comienza la Resurrección. Reinaba en medio de su estudio, porque decía que dialogaba con Él, e incluso -concluida la tarea de gubia y formones-, le daba algún amoroso retoque. ¿Cómo no acordarse de San Pablo a los Corintios?: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”. Para los creyentes nada tendría sentido sin la Resurrección. La muerte no es el final, y a Venancio el Creador “ya lo ha llevado a la luz”, como reza el hermoso himno de los soldados de España a sus caídos.
Conocimos la escultura en una antológica de 1992, con motivo de la FUG, y en las Edades del Hombre de 1993. El Cabildo Catedralicio y la Cofradía de la Soledad han hecho posible exponerla en la Capilla del Cristo de las Batallas (solamente hasta el 4 de abril). Pero el deseo del autor – y supongo que el de su Fundación propietaria y su hijo Francisco -, fue que se arraigara en Salamanca. Por ello, me atrevo a reivindicar para esta Ciudad la presencia permanente de “Cristo vuelve a la vida”. No se cuales puedan ser las condiciones a convenir con dicha Fundación, para mostrarla en un lugar religioso, tan colosal y digno como el que ahora ocupa. Es un privilegio para nosotros exhibir juntos en la Capilla catedralicia, el románico Cristo de las Batallas, y el Cristo de Venancio, tallas distantes nueve siglos, más unidas por idéntica devoción. Es un formidable reclamo religioso, pero también artístico y turístico.
Para los creyentes, Cristo dejó su sepulcro vacío. El de madera sin policromar de Venancio no es un coronado de espinas, azotado, camino del Calvario, crucificado o yacente (que de todos tenemos ejemplos admirables). Es la única representación de ese momento en que los fieles recordamos la promesa con que empieza el himno a los caídos por la patria: “Tú nos dijiste que la muerte, no es el final del camino”.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Alberto Estella. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.