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Ante todo, quiero dejar claro que me precio de tener buenos amigos catalanes, sobre todo en el mundo académico, colegas a quienes admiro y cuya ... valía no me cansaré de ensalzar. Ellos me reconcilian con unas gentes merecedoras de mejor reputación y, por supuesto, de mejores representantes oficiales en las más altas instancias políticas, cuna de mediocres, fanáticos y resentidos. La guinda, no por esperada resulta menos sorprendente habida cuenta de las connivencias, complicidades y silencios de sacristía comprados a lo largo de décadas, la pone ahora el juez que le busca las vueltas al clan de don Pujolone y su sacro colegio cardenalicio de madre superiora con devocionario, misal y monaguillo con roquete.

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