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Lejos, muy lejos quedan los tiempos de aquella frase, atribuida a Eugenio D´Ors, de que “en Madrid, a las ocho de la tarde, o das ... una conferencia o te la dan”. En Madrid, o en Salamanca, que también y dada su condición universitaria y muy humanista fue una ciudad muy propensa a las disertaciones florales con las que conferenciantes y oyentes alimentaban pasiones y vanidades. Eran los días de las élites no sospechosas y de búsqueda de la excelencia intelectual.

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lagacetadesalamanca La Escuela de Salamanca