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No es la primera vez que dedico un artículo a la envidia, pecado capital por excelencia en España como bien sabía Fernando Díaz-Plaja, pues ... lejos de enmendarnos observo con pena y rabia que somos cada vez más intolerantes a la felicidad y al triunfo ajenos, da igual se trate de Amancio Ortega, del vecino del cuarto, de una amiga recién doctorada o de Rafa Nadal.

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lagacetadesalamanca La envidia nos mata