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SI desde el Génesis riñen los hermanos, y la mitad de las parejas se separan, ¿cómo no vamos a pelearnos con “el otro” de Sartre, ... que es “el infierno”? Desde que el primer Neandertal se hizo sedentario, y cultivó la tierra, el vecino invadía su huerto, y así millones de años hasta que alguien se quejó “¡y vuelta la burra al trigo!”; otro le dio un navajazo al colindante porque quiso incorporar algún surco a su besana, o le desvió la regatera, dejándole sin agua. El c... del vecino, que pone la música muy alta, no saca la basura, deja abierto el ascensor, no permite rescatar el calcetín caído al patio, etc. Es el duro hábito de vivir en comunidad, que decía Tierno Galván. Si prefieren, la rivalidad entre paredaños, o entre pueblos colindantes. Hay poblaciones a las que pertenece la acera de los números pares, porque los impares son de otra. Y ahí siguen los amigos irredentistas portugueses reivindicando cada año Olivenza, que ocupamos en la guerra de las naranjas, y con Tratado. Sin olvidar que nuestra Reconquista duró “solo” ocho siglos.

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lagacetadesalamanca La difícil vecindad