Borrar

DESDE que comenzara la guerra de Ucrania hasta hoy, los odios se han exacerbado tanto como para que existan pruebas terroríficas del espanto que se ... vive en ese frente que no es otro que las propias ciudades ucranianas llenas de civiles. Las imágenes y conversaciones que trascienden de la contienda son pavorosas, espeluznantes, aterradoras... pero las leemos en la prensa, las escuchamos en las redes o en las televisiones... ¡y las comentamos en torno a una caña! No sé cuánto tiempo va a durar esta locura. Pero sí sé que cuando de niña veía las imágenes del Holocausto me preguntaba una y otra vez: pero, los alemanes que no eran nazis, ¿no sabían los que pasaba? Y si lo sabían ¿cómo es que no hacían nada? ¿como no paraban ese barbarie que les abochornará para siempre? Ahora resulta que todos sabemos lo que está sucediendo. Estamos perfectamente informados los soldados torturan y matan a civiles, violan a críos, se recrean en la crueldad... Incluso somos conscientes de que el odio les ha calado tan dentro a ellos y a sus familiares, que hay esposas que les instigan en conversaciones telefónicas a aumentar sus atrocidades.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Marta Robles. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca La crueldad