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DUDO que ninguna de mis conocidas en el Congreso de la Mujer, convocado ayer por este diario en el Casino, se hubiese quedado callada ante ... el inoportuno comentario sobre la alopecia de Jada Pinkett-Smith, que se limitó a expresar con un gesto el fastidio a su marido, Will Smith, que, entonces sí, salió a protagonizar el ya famoso bofetón. Ella dio la callada por respuesta, lo cual no encaja mucho ni con el momento ni con los principios del Me Too, que desde hace unos años creíamos que dominaba la Meca del cine. Pues no, lo que provoca un montón de dudas y de sospechas. Porque ayer, en la reunión del Casino, había mucho talento, mucha reivindicación y mucho esfuerzo para romper demasiadas barreras puestas desde hace siglos al talento femenino, por eso, quizá, la propia mujer ha terminado poniéndose límites, como dijo ayer Isabel García, de Caixabank Salamanca, de un sector donde hace tiempo las mujeres tenían un techo de cristal... blindado. El trabajo es uno de los pilares que sustentan la igualdad y es también uno de los escenarios en los que la igualdad más se incumple. Algunas consultadas me dijeron que la cita fue, sobre todo, un chute de autoestima. En mi caso volver al ver a Paula Llanos con la que tanto me reí y tantas historias informativas vivimos en su tiempo de becaria en Salamanca. Una profesional extraordinaria, referencia hoy de la información de moda, que no vería la alfombra roja de los Oscar como usted y yo sino con otros ojos.

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lagacetadesalamanca La callada por respuesta