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ESTA semana han regresado esos jueves de antes con tardes culturales y festeras. San Lucas, el patrono de Medicina, sacó a la calle a estudiantes ... disfrazados, como antes, y una vez más hubo que elegir, en este caso entre Unamuno y los Machado, y fotógrafos y retratados taurinos. Ha sido una semana unamuniana, aunque, en realidad, el asunto viene de septiembre y las ofrendas florales en Bilbao y Salamanca. A la presentación del libro “Mitos y leyendas” de Unamuno, escrito por Francisco Blanco, se unió un acto en el Paraninfo sólo para unamunianos de pura cepa, con Ricardo Rivero, rector, en los bancos. Ana Chaguaceda, directora de la Casa Museo, y Luis García Jambrina, responsable de los cuadernos unamunianos, abrieron lecturas seleccionadas por los Rabaté y la interpretación, ya clásica, de José Luis Gómez. Aplausos y emoción. Al día siguiente la cita fue en la Casa Museo mientras uno hacía cartel con Pedro Gutiérrez Moya, Alipio Pérez-Tabernero, Muriel Feiner y Raúl Alonso Sáez hablando de fotografía taurina, que, según, Pedro Gutiérrez, debe recoger la emoción del instante, lo que nos lleva al rostro, a la mirada del diestro.
Algo que sólo es posible, dijo Feiner, fotógrafa y escritora, si uno torea con el torero, forma parte de él, está en su piel. Más allá de la suerte, para una buena foto taurina uno debe conocer al torero y al toro, dijo Alipio. Luego vino lo de la mirada del toro, que es algo que el torero debe interpretar. Hay rostros del artista durante la lidia que muestran que la mirada del toro no dice nada de sus buenas intenciones. Hubo espacio para la mujer en los toros y para elogiar que el Ministerio de Cultura haya abierto sus archivos taurinos para mostrarlos, que forman parte de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural. Espero que no se quede sólo en la exposición de Salamanca. Entre los asistentes estuvieron Carmen Lorenzo, ganadera, o el concejal Fernando Carabias, con el que hablé de la Nochevieja Universitaria, que también cae en jueves. Complicada. También estuvo José Luis Valencia, gran aficionado “morantista”, en cuya casa recobramos fuerzas tras la charla. Ha sido una semana grande para la hostelería salmantina con los reconocimientos a Paulina Andrés, “Pauli”, a Silvestre Sánchez Sierra y a Carlos Hernández del Río, pero no se quedarán aquí. Tenemos cerca el terrible noviembre con sus estrellas ”Michelin” y mañana se falla otro premio de cocina.
Decía Santa Teresa que el diablo también andaba entre los pucheros. Y entre togas. Teresa de Jesús es la patrona de la abogacía, gremio con Teresas en sus filas, como la salmantina Teresa Peramato, fiscal de sala de la violencia contra la mujer y premio “Beatriz Galindo”, entregado a la vez que la Asociación Plaza Mayor, referencia en temas de igualdad, presidida por Ascensión Iglesias –otra referencia—celebraba aniversario. Otra Teresa salmantina y jurista, Teresa Marcos, era designada hace poco canciller secretaria del Obispado de Plasencia. A punto estuvo la magistrada Teresa Vázquez de presidir la Audiencia Provincial de Salamanca meses atrás y la abogada Teresa Moro forma parte de la ejecutiva del Colegio de Abogados, donde hay Teresas y María Teresas para llenar de negritas esta sección. Felicidades, con retraso.
El jueves, en el Centro Documental de la Memoria, donde Unamuno está muy presente, me asaltó la duda de si era o no taurino. Creo, con Quetzal Rodríguez, que los toros le sirvieron para entender y explicar el alma española. “Las verdades eternas”, dijo y explicó en el Casino José María Bacells. También me alegro de la vuelta del Casino. El Casino, con sus jueves de antes.
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