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Bueno, pues ya está. Ya están indultados. Ya hemos tragado con la humillación de nuestras leyes e instituciones, pero a cambio, ya está resuelto el ... problema del independentismo catalán que, disipado por la magnanimidad de Sánchez, se disuelve pacíficamente y cabalga hacia el horizonte. Me ha parecido escuchar que piden ya otro referéndum, pero no podría jurarlo porque sucedió en estado de duermevela. ¿No les sucede a ustedes, después del madrugón y esa primera jornada laboral, que, a eso de las tres de la tarde y después de comer, las noticias les sumergen en una irrealidad onírica? Debí quedarme medio traspuesta mientras veía desfilar en el telediario a los barones socialistas entonando el “había que intentarlo”. Incluso creí atisbar a José Bono con la melena teñida de Pink y haciendo acrobacias a lo Alecia Beth Moore. “Gotta get up and try!, try!, try!”.
Ahora que Sánchez ha terminado con el caso Cataluña, historia tenebrosa del pasado de la que pronto harán una película tipo “Expediente Warren”, ya podemos concentrarnos tranquilamente en otros asuntos importantes, como volver a poner en pie la economía de este país, laminada por la pandemia y que constituye una preocupación, no solo para Garamendi, que ha de vérselas hoy con las asociaciones empresariales, sino para el resto de Europa. Pero, ¿qué digo?. Ahora que recuerdo, Sánchez se ha ocupado ya de esto también. ¡Cómo he podido olvidarlo! Tiene garantizada la prosperidad hasta 2050. ¡Estamos todos indultados!, de modo que, si a las tres y media de la tarde respiro hondo y afronto con fuerza de voluntad la segunda de las jornadas laborales, debe ser por vicio al trabajo. Debería prejubilarme y dedicarme a disfrutar de esta nueva normalidad española. Lo haría, si no fuera porque ya tenemos aquí las pensiones del hambre.
Tenemos también un paro juvenil del 38% y una de cada cuatro trabajadoras gana solamente un salario mínimo. Voy a dedicar el fin de semana a estudiar cómo es eso de que la dinamo de la bici proporciona electricidad ilimitada sin pagar un solo euro, alguna forma habrá de tirar un cable desde tal prodigio técnico. La deuda pública asciende ya al 95,5% del PIB y este verano mejor no enfermar, porque la consejera dice que no hay médicos suficientes en Castilla y León. Se me ocurre pensar que si les diesen un trato laboral similar a al que reciben por ahí fuera crecerían como setas, pero igual son cosas mías. Y a todo esto, la ministra Margarita Robles ha hecho unas declaraciones en las que se ha mostrado muy preocupada... ¡por la situación en Afganistán!. Se ve que no encuentra problemas más cerca. Pero llega el verano y la terracita. Sánchez prepara cambio de caras en el gobierno y me dicen ascenderán a Tudanca. ¡Qué buenos son los hermanos socialistas! ¡Qué buenos son, que nos llevan de excursión! Y sin mascarilla.
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