Incontinencias
Sábado, 13 de marzo 2021, 04:00
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Sábado, 13 de marzo 2021, 04:00
Los últimos días se han dado patadas a los tableros de ajedrez, se han roto barajas, las infamias corren de boca en boca, los dossiers ... invaden las fotocopiadoras, escasean las lealtades y brillan las infidelidades, hacen su agosto los felones, de los de “mato por una poltrona”, y comienzan a ingresar en las UVIS de los partidos, hordas y cenáculos, los apuñalados por sus propios correligionarios, o por los medios y periodistas de trinchera, mientras en el aire se ventea un olor a ocena, a cadáveres políticos. La encrucijada en que nos han metido a los batuecos es morrocotuda. Por no aburrirles, solo cuatro palabras pero elocuentes: pandemia (vacunas), ruina (paro), colas (hambre) y Murcia (hay tomate).
Sigue, ya sin control, la bronca política, pero no solo en Murcia, también en Madrid, Castilla y León... En esta coyuntura, mi “tío” Jesús (Esperabé de Arteaga) hubiera repetido lo que me dijo en los urinarios del Congreso, cuando Tejero -que nos meó a todos en la pechera-, autorizó a aliviar su próstata de anciano: “¡Esto es pa mear y no echar gota!”. Tenía razón porque se le cortó el goteo cuando escuchó una amenaza del guardia que nos puso su “naranjero”, en los riñones. Paradojas de la vida: algunos diputados ya habían aflojado sus esfínteres, durante la ruidosa descarga de las armas, que sirvió de diurético de urgencia. Por entonces uno era un “vejiga de hierro” y expelía un chorro que emulaba el Pozo de los Humos. Campany, antes de que le rebanaran la próstata, sostenía que a su edad ya era más importante mear que fornicar. Dichoso pipí.
Apelo al popular dicho -pa mear y no echar gota-, expresivo del acabóse, la monda, la repera, porque mañana precisamente se celebra el Día Internacional de la Incontinencia. ¿La incontinencia verbal, la sexual, la del que se mea de risa, la del bebedor o el comilón, o la incontinencia política de mamar y mandar? ¡La urinaria! (por supuesto involuntaria). Lo entendí cuando supe que en España sufren enuresis más de seis millones de personas. La primera incontinencia que presencié fue de niño en un paseo de tierra de La Alamedilla. La armuñesa señora Rosa -niñera de unos íntimos amigos-, que vestía refajos y falda larga, se detuvo, abrió las piernas, hizo un charquito y reanudó la marcha. Pero de las de usar bragas, tengo una risueña amiga que de embarazada, si se desternillaba, pues a evacuar donde la carcajada la pillara, porque al baño no llegaba. Cosas de la alegría y el suelo pélvico.
En medio de este descalzaperros, he escuchado en el programa de Carlos Herrera al presidente Mañueco. Ha sido tan ponderado, que los aguerridos contertulios solo se han cobrado un titular, que “confía en la palabra de Arrimadas, de Igea y los procuradores de Ciudadanos”. Cómo habrá sido que, a pesar de las asechanzas de los veteranos profesionales del programa, solo ha acusado a “los despachos de Ferraz” y a Pedro Sánchez por su falta de respeto. Incluso ha sostenido “yo soy muy de Santa Teresa... que nació en Ávila y está enterrada en Alba de Tormes”, o sea que “la paciencia todo lo alcanza”. ¡Toma del frasco! Le faltó añadir que “solo Dios basta”. Desesperado de que se librara de su acoso, Salvador Sostres ha terminado exclamando, “¡pero qué buena persona es usted!” (entre tú y yo, Alfonso, ma non troppo).
Yo me fié de Rivera y la pringó. Confié en la angelical, preparada y valiente Inés, con sangre charra, pero la está jodiendo, hasta con balcones a la calle. El lunes no le queda otra que dimitir ante sus exiguas y sorprendidas huestes, porque doña Inés ha coqueteado con un Tenorio de bolera, Pedro “el guapo”, que se acuesta con etarras, separatistas y quienes quieren romper España; ha mentido con la mecha encendida en Murcia, pretextando lucha anticorrupción, pero ¡pactando con un imputado! y los de los ERE; y además, sus propios compis la van a dejar en ridículo, sin apoyar la moción de censura (en cambio, estoy persuadido de que mi concejal “irlandesa”, Ana Suárez, no me va a defraudar). Cuando Ciudadanos siga la senda histórica de UCD, el CDS, Roca o la UDP, los naranjas que quieran seguir honradamente en la vida pública, tendrán que llamar en la sede del PP, que -en mi opinión-, debe abrirles la puerta y los brazos.
Me sumo a ese 74,6% de lectores que opinan que Ayuso ha hecho bien convocando elecciones. En política si no espabilas, te desnucan. Pero acabo ya, que como al Galeote de Cervantes tengo un “mal de orina que no me deja reposar”, y además quiero llorar un ratito.
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