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Se licenció en Valladolid, la tierra en que nació; la misma en cuya Universidad conoció el magisterio de Marino Barbero, único catedrático que no juró ... los principios del Movimiento y siempre abominó de la pena de muerte. Con él se doctoró en la Complutense. Dos años más tarde, en 1978, ese joven profesor que poco tiempo antes alineó con la Selección Nacional de rugby –deporte de villanos jugado por caballeros–, llegó a Salamanca con su adjuntía recién obtenida, accediendo finalmente, en 1986, a la cátedra de Derecho Penal.

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lagacetadesalamanca Ignacio Berdugo