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Desde que existen datos han muerto 1.000 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. A propósito de esto, María Silvestre, directora del ... Deustobarómetro, ha vuelto a exhibir los “argumentos” que suelen usar las feministas radicales, escribiendo en “El País” , por ejemplo, lo siguiente:
“ 1.000 hombres mataron a 1.000 mujeres porque creyeron que podían hacerlo [...] porque prevalecen relaciones machistas desiguales que cosifican a las mujeres, las deshumanizan y les niegan sus derechos.
¿”Podían hacerlo” sin consecuencias? Estamos ante una ceguera que ya nos resulta familiar. Una ceguera que pretende ignorar que el 36% de esos homicidas después de cometer el crimen se suicida, a lo que habría que añadir un 8% de tentativas de suicidio.”
Y concluye así:
“ [...] las mujeres sufren violencia por el hecho de ser mujeres, porque la sociedad es machista y patriarcal.”
Si la explicación para esta violencia es única (“la sociedad es machista y patriarcal”, el “heteropatriarcado” que todo lo explica), ¿cómo es que la proporción de muertes dentro de las parejas es más alta entre las parejas de varones homosexuales que entre parejas heterosexuales?
Este feminismo radical reniega de los datos (por ejemplo, que más del 40% de los asesinatos de mujeres lo fueron a manos de hombres extranjeros) y también de algunos derechos básicos en una democracia, como son la presunción de inocencia, la igualdad ante la ley o el derecho a la defensa. Aparte de aprovecharse (ellas o sus abogados) de que en España no se castigan las denuncias falsas. Y utilizando, en algunos casos –por ejemplo, las de Infancia Libre-, esas falsas denuncias para secuestrar a los niños.
Este feminismo de última hora es pura ideología, y la ideología, ya se sabe, es una mordaza impuesta a propios y extraños. Algo que sólo sirve para descalificar y poner etiquetas.
Así lo ha visto Fernando Díaz Villanueva :
“El feminismo actual, que poco o nada tiene que ver con el de los pioneros de hace un siglo, es una ideología con todos sus perversos avíos. Para más castigo, se trata de una ideología que necesita un oprimido, un opresor y una lucha sin cuartel entre los dos. El oprimido representa el bien sin ambages, el opresor el mal absoluto. Este esquema binario, letal por naturaleza, viene empleándose desde hace más de un siglo.”
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