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Me he propuesto no hablar durante un tiempo de los ministros de Pedro Sánchez, pero me resulta imposible. Cuando no la prepara la ministra Pilar ... Alegría en el ámbito de la educación es Joan Subirats quien calienta a las universidades. Los dos tienen muy molestos a los profesores de todos los niveles y todos los sectores, y lo peor es que no aprenden y una y otra vez caen en el mismo error: dictar sus normas sin consensuarlas con nadie.
El último escándalo tiene que ver con la formación de los maestros. El Ministerio de Universidades ha elaborado un anteproyecto de orden ministerial con los requisitos que deberán cumplir los planes de estudios de Magisterio y, para sorpresa de decanos y docentes, la propuesta pasa por reducir las horas de formación en Matemáticas, Lengua y Ciencias que recibirán los futuros maestros, de manera que tendrán el mismo peso en los planes de estudio que igualdad de género o relaciones interpersonales. ¿En qué cabeza cabe? No se explica, por eso las sociedades científicas, profesores y sindicatos no han tardado en pronunciarse con argumentos contundentes.
La Sociedad Española de Investigación en Educación Matemática explica que el Real Decreto que regula las enseñanzas mínimas que deben recibir los estudiantes en Primaria marca una dedicación a la materia de Matemáticas de entre 180 y 185 horas lectivas, es decir, aproximadamente el 17,5% del total de las horas lectivas; a Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural, 160 horas (15,5%) y a Lengua Castellana y Literatura, 280 (40,7%), lo que refleja el importante peso de estas materias en Educación Primaria, sin embargo, el ministerio de Universidades considera que los estudiantes en su formación como maestros no tienen que recibir una mayor formación en dichas asignaturas, al contrario, reduce su peso en los planes de estudio.
Desde luego, no hay por donde coger el anteproyecto. Y es que, como bien ha indicado el director del Departamento de Lengua Española de la Universidad de Salamanca, Javier de Santiago Guervós, la lengua es nuestra carta de presentación y el instrumento para conocer y comprender el mundo en el que vivimos. ¿Cómo puede ser que al Ministerio no le parezca fundamental que los maestros tengan una sólida formación en Lengua?
Y lo peor es que el Ministerio de Universidades ha tratado de pasar la pelota a los decanos. Según han asegurado, el proyecto es resultado de las propuestas realizadas por la Conferencia de Decanos de Educación, pero algunos responsables de facultades, entre ellos el de Salamanca, aseguran que los decanos están de acuerdo con la necesidad de incorporar materias transversales como la igualad de género, pero en ningún momento la asamblea de decanos acordó que la presencia de esas asignaturas en la formación de los futuros maestros fuera a costa de reducir al límite los conocimientos que recibirán de Matemáticas o Lengua.
El revuelo ha sido tal que el Ministerio está pensando en retirar el anteproyecto.
Joan Subirats debería hablar más con los docentes y conocer cuál es la realidad. También debería escuchar más a los rectores en lugar de hacer oídos sordos. Desde hace semanas, los mandatarios de las universidades españolas no dejan de manifestar su desacuerdo con distintos aspectos de la próxima Ley Orgánica del Sistema Universitario, la LOSU. Muy beligerante ha sido el rector del Estudio salmantino, Ricardo Rivero, pero parece que no hay vuelta atrás. El ministro habla mucho de consensos, pero al final mira hacia otro lado. Eso sí, bien que escucha y actúa a favor se sus amigos de Cataluña.
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