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No, no se trata de racismo. Esto viene por eso de que digas que no quieres en tu barrio un centro de inmigrantes y te contesten con el «pues eres racista». Y ya está. Se acabó la charla. Ahí puedes decir que no es así, que de racista no tienes nada. Puedes tirar de antecedentes familiares, demostrar que eres la más solidaria, decir que tu mejor amigo es de Nigeria... que no hay manera. Eres racista y ya. ¿Por qué? Por lo del centro de inmigrantes. Lo de decir que no lo quieres al lado de tu casa.
Y entonces el camino simple es responder, pues vale, que lo pongan junto a la tuya. Y como no va a ser así, porque el centro estará donde el Gobierno tiene previsto que esté -en Puente Ladrillo, sin notificárselo a la Junta, ni al Ayuntamiento, sin hablar con los vecinos...- pues ya está. Nada que decir. Eres racista. Entonces parece que la única alternativa es salir a la calle como harán mañana en Salamanca los vecinos de Puente Ladrillo para decir que de racistas no tienen nada, pero que no quieren el centro. Y no deberían estar solos.
Si pudieran, seguro que muchos de los inmigrantes que va a traer el Gobierno, se unirían. Aunque sólo sea por algo tan simple como que vienen a un sitio donde se prepara una manifestación contra su llegada. Y es así, porque el centro ha sido alto secreto y está porque la Subdelegación se explique. No se informó a los vecinos con los que van a convivir. No se contó con la ciudad que les va a acoger. Porque sí. Y eso no es bueno. Se unirían, porque les llevan a un centro donde estarán algo así como 400, que ya es decir. Si no es ahora, después, que por algo pensó el Gobierno en esa capacidad.
Seguro que los inmigrantes irían a la manifestación con los vecinos porque llegarán a un centro con servicios básicos sin posibilidad de hacer nada, porque no podrán trabajar hasta dentro de un tiempo... y eso, los que puedan. Y los trabajadores de ese centro se encontrarán con 400 personas, que son un montón y muchos con dramones a sus espaldas, y a los que tampoco podrán ayudar más que lo justo. Y está además la estrategia de desinstitucionalización, que dice que no hay que tener a personas en estos centros porque no es integrador. Que es una contradicción por parte del Gobierno, que incumple hasta sus propias normas.
Pongamos que, como parece probable, los inmigrantes que el Gobierno decide que vengan a Salamanca lo hacen con solicitud de asilo. Imaginemos, porque al parecer suele ocurrir, que muchos ven luego denegada su solicitud. Entonces el tiempo que han permanecido en ese centro, esperando, sin hacer nada, no les cuenta en España y pasan a estar en situación irregular. No pueden conseguir el arraigo laboral, no pueden trabajar, y se convierten en blanco perfecto para mafias y explotadores. Y entrar a formar parte del «club» de los que no existen, como los tantos que entran en España con visado turista y quedan en situación irregular.
Y las comunidades deberían estar en la manifestación, incluso las que se sientan «beneficiadas» en repartos, por lo anterior y porque del centro te vas luego con los tuyos, donde estén. Y este parche, que parece que les beneficia, tampoco va a ser así.
Y sobre los vecinos, pues es razonable que sientan miedo. Y, digan lo que digan, eso no es agradable. Y no es culpa de los inmigrantes el que vayan a estar sin ocupación y con necesidad de buscarse la vida. Es de una política migratoria chapucera, que se ve que el Gobierno no tiene intención de cambiar con un pacto de estado sobre migración. Y si hubiera comunidades que se negaran a sentarse, sí podríamos decir que son racistas. Pero no hay llamada.
Y estarían empresarios, porque necesitan inmigrantes que puedan trabajar. Lo raro es que la manifestación la convoquen solo los vecinos.
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