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AL LORO

Hipócritas de manual

Tranquilidad porque nos cuentan que Podemos es un espacio seguro para las mujeres. Si lo dicen, será verdad ¿o no?

Susana Magdaleno

Salamanca

Sábado, 22 de febrero 2025, 05:30

Podemos es el partido de la mujer, el que hizo el esfuerzo de hablar con lenguaje inclusivo por nuestro bien, el de las mujeres. Por eso no se entiende. Y están Iglesias, Errejón y Monedero diciéndonos que son una más y haciendo suyo el «nosotras».

Es el partido que nos ha dicho una y mil veces que defiende nuestros derechos y que busca la vacuna democrática para los que reniegan de ellos. Nos han dicho que es el partido del feminismo. Es el que se puso el traje de superheroína para combatir a los negacionistas de la violencia machista, que vienen a ser los de la derecha rancia y casposa, o eso dicen. Es el que nos ha asegurado que el feminismo es de izquierdas y que ellos son su voz autorizada. Y hasta tenía una pancarta que decía «Si nosotras paramos, se para el mundo». Es verdad que delante de ella se pusieron un día Errejón, Iglesias y Escobar, ellos y sólo ellos, y ahí empezó a derrumbarse el castillo de naipes del falso feminismo que habían levantado. Y estuvo el cartel de «Vuelve», con el «el» destacado y la foto de Iglesias de espaldas, ante la multitud y puño en alto. Y ahí se temió que fuera el partido de nosotras para que votemos, de ellos para que manden y de ellas, para que se entretengan con tuits, como Roro cocinando para Pablo pero la influencer porque quiere y ellas porque sí. Es decir una cosa y hacer la contraria.

Y, si no, a ver cómo explican lo de Irene Montero, que es la de «hermana, yo sí te creo», y la de la Ley del «Sólo sí es Sí», que pone el consentimiento en el centro. Pero parece ser que para los demás. Si no es imposible explicar cómo recibió la denuncia sobre el presunto acoso sexual a una militante por parte de Monedero y, en lugar de llamarla, escucharla, ayudarla... le piden desde el área de Feminismo que rellene un formulario y que ya se verá. Y como no respondió, pues nada. Y luego, que la mujer no debe temer denunciar.

Y a ver si de esta resulta que una militante de Podemos está discriminada y que si el caso hubiera sido en Vox, por decir algo, la entonces ministra sí la habría escuchado. Y a ver si de esto pensamos que se trata más de política que de ayudar a la mujer y nos llevamos una decepción.

A ver cómo explica Ione Belarra que llegue la denuncia, aparten a Monedero de la Fundación sin dar explicaciones públicas de la causa y ella le agradezca su «incansable trabajo» y le prometa seguir «peleando juntos». Después de lo que sabe.

A ver también cómo explica Pablo Iglesias su silencio, que siguiera Monedero en su tele y que luego le apartara de su programa pero para reforzar su línea ideológica, porque dicen que Monedero se acercaba a Sumar. Y ahora dicen que de ahí puede venir la denuncia. Y colaría si fuera una. Y cómo explican que Iglesias, sabiendo lo que sabía, le despidiera con un «gracias por todo, amigo». Y que la ahora ministra de Igualdad tarde en hablar.

Y que en Sumar y Podemos todos conocieran las denuncias a Errejón y Monedero y que silbaran como si lloviera. Y que Irene Montero no se canse de decir que tenemos la obligación de no mirar para otro lado, y que lo haga ella. Y que diga que hablar de denuncias falsas es desproteger a las mujeres, y ahora resulta que Errejón habla de denuncias falsas y Monedero, también. Que ya es mala suerte que con el porcentaje tan bajo que hay, les toque justo a ellos.

Y que ahora, después de todo lo que ha pasado y de que ha salido a la luz sin que Podemos quisiera, diga Irene Montero que Podemos lleva años realizando esfuerzos para ser un espacio seguro. Pero denuncian al jefe y callan. Que se lo puede decir a los jóvenes que pidieron el «Metoo» para Monedero y a los que no hizo caso. Es triste, sí, para Podemos y, sobre todo, para las mujeres.

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