Irene Montero está en su momento, se ve. Y crea empleo, por mucho que diga Ana Rosa. La eurodiputada empezó ya muy fuerte el año con ese comentario en redes sobre la imagen de los Reyes Magos que difundió la Guardia Civil para advertir de robos. Vio tres caras negras donde los demás veíamos pasamontañas y pidió su retirada por «criminalización de las personas negras». Así se las gasta.

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No gana para sustos y ahora, en enero, le ha venido además el golpe de la retirada de la aplicación «MeToca», la que impulsó como ministra para el reparto de tareas domésticas. Esa de «antes hacía todo sola y tú, el rey de la consola». Y se ve que de poco sirvió y seguimos como antes, pero con 300.000 euros menos en Igualdad.

Destinó esfuerzos en su etapa como ministra a denunciar la problemática del rosa, como «color que oprime y reprime a las niñas», pero en su app, barrer era de color rosa o hacer la colada; sacar al perro, azul.

Es persona de contrastes. Está lo de los escraches, que era para Podemos «el jarabe democrático de los de abajo». Hasta que les tocó en su chalet. Entonces, Pablo y ella tiraron de la Guardia Civil para que les protegiera. La misma Guardia Civil de la que él había dicho años antes que era «una institución burguesa que protege los intereses de las clases dominantes». Iba a vivir Pablo en su pisito de Vallecas, y la sorpresa fue verlos en el casoplón, con lo peligroso que dijo que era «el rollo de los políticos que viven en los chalets».

Con esta coherencia demostrada, Irene viene desde Bruselas para defender la okupación. Y lleva una semana de meterse con Ana Rosa por tener casas y de llamar fascista a quien le preguntó cómo se une eso con que ella tenga propiedades.

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Pero la guinda a la semana la ha puesto con un vídeo, ya viral, que compite con el de los gallos de Valladolid. En él viene a decir que el problema de la vivienda no está en los okupas, sino en la especulación. Pero puede ser que un problema no excluya al otro, que puedan darse los dos. Pero no lo contempla. Es cierto que en esto se mantiene fiel a las ideas de Podemos, que ya en 2018 propuso prohibir los deshaucios por impago de alquiler e hipoteca, expropiar viviendas vacías y despenalizar la okupación.

Y aquí la pregunta es qué haría Irene Montero si tuviera okupas. A lo mejor sería fiel a sí misma y no les echaría porque pobrecillos. O a lo mejor le pasaría como al actor Daniel Guzmán, muy en la línea de Podemos hasta que le okuparon la casa. Ahí ya no entendió a sus okupas y fue condenado por delito leve de lesiones. De momento ya le ha dicho a Pedro Sánchez que si quiere los votos de Podemos, tendrá que ilegalizar las empresas «desokupas». Y Pedro Sánchez ya se sabe que está a lo que diga cualquiera de sus socios.

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Empieza el vídeo de Irene Montero con el «amiga date cuenta» porque ella siempre tiene mirada de género. Y de lo que parece no darse cuenta es de que existen «desokupas» porque hay «okupas», que son esos que están meses o el tiempo que sea en tu casa y tú, pagando la hipoteca, si la tienes.

Amiga, date cuenta de que Pedro Sánchez dice que la okupación es baja, pero lo es porque es alto el miedo a los okupas y a alquilar. Porque en España se protege al okupa y no al casero, y esto es de ahora y de antes. Y está la nueva ley que agiliza juicios, pero no soluciona el problema. Y a todo esto Pedro Sánchez no incluye ninguna medida antiokupa entre sus 12 para fomentar la vivienda.

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Al casero le queda contratar seguros y poner alarmas en casas vacías o hasta de las que se ausente para ir a por el pan. Y luego dice Ana Rosa que Irene Montero no crea empleo. Claro que lo crea. A nuestra costa.

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