Si todo sufrimiento es de por sí odioso, el de los niños resulta particularmente insoportable. Sin embargo, nadie como los pequeños muestra mayor resiliencia y capacidad de enfrentar una situación comprometida y dolorosa con fortaleza y una sonrisa animosa, paradójicamente convirtiéndose ellos en los pilares que sustentan a los adultos que los acompañan en esa difícil, injusta e incomprensible prueba vital.
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Los ojos de María Caamaño Múñez, María Futbolera, expresan mucho más que palabras desde el vídeo anunciador de la reciente campaña de la Fundación Juegaterapia. Unos ojos bellos, limpios, que miran cara a cara a la vida, pero a la de verdad, no a la impostada. Una niña salmantina de 11 años cuya pasión es el fútbol y sus equipos, Unionistas y Atlético de Madrid. Hasta ahí, nada especial.
Pero la princesa futbolera guerrera explica en esas imágenes que lleva desde los 7 años jugando el partido más importante, ese en que se bate contra el cáncer, sin que su sonrisa desfallezca. El contrincante, el sarcoma de Ewing, cuya derrota definitiva requiere asignar muchos recursos a investigación. María siempre ha soñado ser futbolista, pero antes que nada, desea ser oncóloga para curar a otros niños, como ahora ya hace de algún modo, sanando a quienes que la conocen, al contagiarles su filosofía de vida de lucha y aferrarse a lo positivo, mostrando una madurez lúcida que la mayoría tarda décadas en adquirir.
Desde que en 2010 Mónica Esteban crease la Fundación Juegaterapia, es largo el camino recorrido y muchos los planes e ilusión para seguir, mientras exista un solo niño recibiendo tratamiento, ingresado en un centro sanitario. Con la convicción de que el juego sube el ánimo al niño hospitalizado y ayuda en su proceso de curación, Juegaterapia recibe donaciones de juguetes de particulares y empresas para las áreas pediátricas y convierte en jardines las azoteas de grandes hospitales. Desarrolla numerosos programas de nombre imaginativo, visuales, envolventes, llenos de emoción, como auténticas aventuras, sin abdicar de la fantasía propia de la infancia.
Asimismo, el proyecto «La sonrisa de María», auspiciado por el torero Gonzalo Caballero junto con María, aspira a recaudar fondos para la Fundación de Investigación Biomédica del Hospital Niño Jesús de Madrid, a través de eventos y una tienda solidaria.
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No podemos elegir lo que nos sucede en la vida. Pero sí somos dueños de la actitud con la que nos enfrentamos a los momentos más amargos que nos reserva el destino. Ejemplos como el de María nos iluminan ante las encrucijadas.
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