Unas ciudades por su cualidad costera viven del turismo de sol y playa, otras situadas en lo alto de la montaña lo hacen del de aventura o nieve y otras más que gozan de un valioso patrimonio natural o histórico-artístico basan en él su atracción de visitantes. Pero pocas cuentan al nivel de Salamanca con un nicho propio específico con tan enorme capacidad de crecimiento: el colectivo de los antiguos alumnos de la Universidad, compuesto por varios centenares de miles de personas, como si se tratase de una provincia limítrofe más, incluso mayor que estas.

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Vivir los años universitarios en una ciudad liga emocionalmente a ella para siempre: es otro lugar de alumbramiento al mundo. Y fidelizar desde el principio a los egresados universitarios a la población de su alma mater solo reporta beneficios.

Conscientes de ello, el Ayuntamiento de Salamanca y Alumni USAL lanzaron en 2021 la marca «Salamanca Finde» para promocionar conjuntamente ciudad y Universidad. En el marco de la iniciativa acudieron 2.000 personas en 2021 y 3.400 en 2022. Antes, el Encuentro Internacional Alumni VIII Centenario de la Universidad congregó en 2018 más de 5.000. Estas cifras demuestran la potencia de un recurso que abre infinitas posibilidades. Alumni reúne en la ciudad un fin de semana a los exalumnos cuyas promociones académicas finalizaron sus estudios hace un número de años múltiplo de 5, coincidiendo con el momento en que se cumple el aniversario. Son convocatorias exitosas en número de asistentes que recuperan un vínculo salmantino quizá aflojado. Sería una lástima si se quedan en hechos puntuales.

La ciudad debe aspirar a un objetivo más ambicioso que una efeméride: que los egresados de formación reglada o Cursos Internacionales de la Universidad de Salamanca y la Universidad Pontificia vengan con mayor periodicidad, acompañados de familiares. Lo harán si se les diseña y ofrece un programa exclusivo cada fin de semana, teniendo en mente diferentes tramos de edad o distintos intereses. Espacios culturales, espectáculos, visitas guiadas, actividades, catas de productos autóctonos o excursiones por la provincia charra creando sinergias con empresarios y administraciones. El boca a boca posterior tendrá un irresistible efecto llamada. ¿Por qué no esperar recibirlos una o dos veces al año? ¿Que celebren en Salamanca reuniones domésticas o de empresa? De ese modo será más fácil que los hijos se decanten por Salamanca para su propia época universitaria. La gallina de los huevos de oro espera en el corral. Solo hay que alargar la mano.

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