Secciones
Destacamos
El Siglo de Oro fue nuestro siglo con permiso del tiempo que duró el Renacimiento y hacemos bien en dedicar todo este mes a celebrarlo con banquetes, recreaciones, conciertos, exposiciones…Venga toda la artillería cultural y que no le falte munición. Ahí está, para ello, la bibliografía del añorado profesor salmantino Manuel Fernández Álvarez con sus personajes ilustres –desde Carlos I a Fray Luis o la Princesa de Éboli—y el populacho que recogió en su libro «La sociedad española del Siglo de Oro». Un siglo que trajo por aquí al mismísimo Lope de Vega que citó y recitó a Salamanca en varios libros al tiempo que se enamoraba de ella; lo dice en «El bobo del colegio»: «Salamanca encierra en sí todo lo bueno del mundo, es un liceo fecundo», frase que sin duda rivaliza con aquella de Cervantes «Salamanca que enhechiza…». Ambos, por cierto, se llevaban fatal. Quizá rivalizaron también en ocurrencias trascendentes sobre Salamanca. Y alrededores. Lope citó a Tejares, que entonces era pueblo, en «El alcalde mayor», reafirmando su existencia literaria implantada por Lázaro de Tormes, que vino a nacer en sus aguas tejareñas, que Lope describe como «celebradas», celebradas aguas. Aguas que bebieron los autores de los grabados del parque arqueológico paleolítico de La Salud, que otros lo vieron como un lugar sagrado, donde los romanos situaron un espacio de culto y cristianizó después la Iglesia para ocultar un pasado pagano por si acaso.
Hoy, apartado de aquellos espacios, se celebra a la Virgen de La Salud, patrona de Tejares, con picadillo, chanfaina y avellanas de La Chana, que igual inspiró a Áurea Pérez y Jaime Santos el nombre de su genial compañía de teatro. Tengo que preguntárselo. A Chana y sus avellanas las inmortalizó otro añorado salmantino, Nino Sánchez, cuya llama mantiene Gabriel Calvo cuando la interpreta: «Caminito de Tejares me diste las avellanas …», a García Lorca le hubiese encantado. Es, de alguna manera, el himno de Tejares y la banda sonora de una romería que décadas atrás lo fue todo. A ella acudía toda Salamanca a pedir salud, comprar el botijo y regresar a la ciudad por la ribera del Tormes comiendo avellanas y garrapiñadas. Había quien echaba más tiempo disfrutando del Picadillo de Tejares en alguna venta o mesón. El guiso aparece en la primera guía gastronómica española, allá por los años veinte, confeccionada por Dionisio Pérez, alias «Post Thebussen», y un considerable número de corresponsales. Ahí está nuestra cocina, de la que se ha hablado esta semana a propósito de la presentación del Código Ético de la Academia de Gastronomía de Salamanca en la que estuvo ese sabio de la historia de la Gastronomía que es Julio Valles, que tanto ha escrito de la comida y bebida en el Siglo de Oro, que es el siglo de aquel cocinero salmantino del Colegio de Oviedo que se llamaba Domingo Hernández de Maceras, a quien el año pasado se dedicó un libro extraordinario: «1607», obra coral de Luis Lorenzo, César Niño y sobre todo Santiago Huete. La celebración de nuestro Siglo de Oro contará con su banquete, confeccionado por Antonio Álvarez, «Toño», aunque para la mayoría aquel Siglo de Oro fuese sobre todo de hambre, como nos recuerdan Miguel Ángel Almodóvar y Juan Eslava Galán, dos estudiosos del hambre. Ahora, los que comían lo hacían hasta reventar con aquella Olla Podrida que tanto entusiasmaba a Lope de Vega y sus contemporáneos, incluidos Cervantes o Quevedo. Nuestra Isabel Bernardo habla muy bien de ello en su libro «Y el vivo al bollo (maimón)» cuya lectura despierta la afición a la música de las tripas, lo mismito que le pasa a las mías al recordar el Picadillo del histórico Mesón La Salud o la chanfaina del «Picosa» o la del «Cuatro Hermanas», venerables guisos de Tejares, que hubieran inspirado el ingenio de Lope.
Hoy en Tejares algunos aún sostienen que fueron estafados cuando les incorporaron a Salamanca y les hubiese ido mejor como pueblo, que es lo que eran. El arreglo de las riberas del «salamanquino Tormes» les ha acercado un poco más. Y a nosotros.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.