Borrar
HABLANDO CLARO

Se acabó

La educación que reciben nuestros hijos debería ser objetiva y dotar de valores a niños y jóvenes, pero sin ideología

Lunes, 26 de junio 2023, 06:00

Se acabó. Después de nueve meses, como si fuera un embarazo, el curso escolar ha llegado a su fin. Han sido meses de trabajo, esfuerzo, aprendizaje, deberes, frustraciones y alegrías y, con mejor o peor resultado, los escolares han llegado a la meta y se merecen descansar. ¿Cuántos se quedarán en el camino? Pocos porque la actual ley educativa pasa, precisamente, porque la gran mayoría de los escolares pase de curso, aunque muchos o unos cuantos no hayan adquirido los conocimientos necesarios para poder seguir avanzando en su desarrollo educativo. ¿Y qué pasa con los niños que sobresalen? ¿No cree la ministra de Educación que esos niños pueden sentir frustración al ver que compañeros que no saben multiplicar o dividir pasan de curso igual que ellos?

Ojalá él próximo año escolar las cosas cambien, pero para bien. Hacen falta muchos cambios, pero hay que llevarlos a cabo con reflexión, analizando las consecuencias que tendrán en la educación de nuestros hijos, que serán los que realmente paguen los resultados de la mala gestión educativa de nuestros políticos. Es el momento de buscar una solución a los constantes vaivenes educativos en función del color político en el Gobierno. ¿Por qué tiene que cambiar el contenido de lo que se estudia en función del partido que gobierne? Alguien me puede responder que lo que cambia no es el contenido, sino la perspectiva. Pues no lo entiendo, la educación debería ser objetiva y dotar de valores a los niños y jóvenes, pero sin ideología, simplemente dándoles las herramientas para que sean capaces de decidir sin dejarse influenciar, pero no, claro, lo que quieren muchos es tener un «rebaño» que poder pastorear.

Es cuestión de días que los profesores empiecen sus largas vacaciones de verano. A todos nos da envidia sus dilatados periodos de descanso, sin embargo, hay que reconocer que este año su trabajo se ha multiplicado, no porque tengan más niños, por desgracia la pirámide demográfica dice lo contrario, sino porque en lugar de dar clase, con la conocida como «ley Celá» parece que el Gobierno quiere que los docentes se conviertan en administrativos rellenando papeles deprisa y corriendo. No me extraña que se quejen, menos mal que a ellos no les da por hacer huelga como a los trabajadores de los juzgados. ¿Se imaginan si no hubieran dado clase durante varios meses?

Es el momento de que los escolares descansen y también los universitarios. En el Estudio salmantino se nota la próxima llegada del mes de julio. Los campus han comenzado a vaciarse y eso también se refleja claramente en el ambiente nocturno de la ciudad, aunque pronto, por suerte, llegarán los estudiantes internacionales de español.

Los alumnos de la Universidad de Salamanca se marchan de vacaciones cuando la LOSU da sus primeros pasos. Es cierto es que la nueva legislación apenas se nota, por el momento, en la vida universitaria. La pregunta es ¿cuando regresen seguirá esta ley o no tendrá desarrollo por la llegada de un nuevo Gobierno? Se admiten apuestas. A nivel universitario son muchos los que están intentando hacer los cambios mínimos porque tienen la esperanza de que finalmente la LOSU se quede en aguas de borrajas. En menos de un mes lo sabremos.

Mientras ese momento llega, vamos a mantener la esperanza viva, disfrutar del verano en la medida de lo posible y confiar en que el próximo curso será mejor, que algún día tendremos gobernantes con suficiente sentido común como para entender que no se puede hacer política con la educación de nuestros hijos.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Se acabó