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CHURRAS Y MERINAS

Suecia, un ejemplo educativo

Los suecos quieren volver a los exámenes con papel y bolígrafo, a hacer más pruebas orales, a retomar metodologías denostadas

Domingo, 17 de diciembre 2023, 05:30

Durante décadas se nos vendió el ejemplo de Suecia como nación modélica en cuanto a los aspectos económicos y sociales que un país moderno y avanzado podía ofrecer. Suecia lideraba los principios de solidaridad a la hora de acoger exiliados –recuérdese los miles de chilenos que se refugiaron allí tras el golpe de Pinochet–, y fue, asimismo, prototipo de integración de refugiados huidos de distintos conflictos, espejo en el que debíamos mirarnos en cuestiones de sostenibilidad, respeto a la naturaleza y, cómo no, paradigma de lo que debe ser un sistema educativo en todos los niveles de la enseñanza, desde preescolar hasta la universidad.

Otro plano muy diferente del imaginario español lo vivimos con el tópico de las suecas bikineras torrefactándose en nuestras playas, y el efecto que tales nórdicas valkirias producían en el reprimido macho carpetovetónico, como quedó demostrado en decenas de películas monotemáticas de finales de los sesenta y en otras muchas rodadas en la época del destape en los setenta. Las suecas eran encarnación del sexo prohibido, objeto del deseo de aquellos histriónicos personajes tan magistralmente encarnados por Alfredo Landa y José Luis López Vázquez, entre otros galanes de la casposa filmografía española.

Ahora resulta que las autoridades suecas han dado un sorprendente giro en ciertas estrategias hasta hace poco consideradas como ejemplares. En el sur de Europa nos hemos quedado pasmados porque quieren volver a los exámenes con papel y bolígrafo, a hacer más pruebas orales, a retomar las metodologías tan denostadas por los neopedagogos en los últimos años.

Las pantallas van a salir de las aulas, la digitalización se pone en cuarentena, las tabletas quedan a un lado, se vuelve a los libros de texto, a la memorización, y se cuestiona el papel de los ordenadores en las clases. Y esto ¿a cuento de qué? Muy sencillo: las autoridades educativas se han percatado de que los niveles de lectoescritura han descendido de forma alarmante, como señalan los resultados del último informe quinquenal PIRLS (Estudio Internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora). Esta crisis de lectura ha hecho saltar las alarmas, y un país que fue pionero en la digitalización decide ahora pisar el freno de la tecnología. El cambio de tendencia es perceptible también en Estados Unidos, Japón y Australia, donde no quieren albergar una próxima generación de analfabetos funcionales.

Los suecos no cuestionan los beneficios de las tecnologías en los centros educativos. Ven los dispositivos digitales como herramientas, no como un fin en sí mismos. ¿Habrá efecto contagio en España? Asturias supera la media nacional en PIRLS, pero Castilla y León ocupa el primer puesto en el Informe PISA, que engloba esta y otras aptitudes. Todo un orgullo.

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