Borrar

Santa Brígida y el maestro armero

Pediría que la próxima jornada de reflexión empiece ya. Quien más y quien menos sabe lo que va a votar en plenas vacaciones

Domingo, 4 de junio 2023, 05:00

Una vez reposados, asentados y asumidos los resultados electorales, toca digerir las repercusiones de los mismos. En tiempos, cuando algo salía mal o no alcanzaba los objetivos previstos, no faltaba quien, entre bromas y veras, soltaba con sorna: «A reclamar al maestro armero». Y ahora el maestro armero, lejos de admitir reclamaciones y asumir culpas más propias que ajenas, se ha despachado con una nueva convocatoria en plena canícula vacacional. Con un par, y habiendo notificado de sopetón sus intenciones al Rey (¿Mohamed VI?). Genio y figura. Ruido y furia. Echado al monte. ¿No queríais caldo? Pues ahí van dos tazas de caldo bien caliente, en vez de gazpacho fresquito. Hay que impedir la alternancia a toda costa.

Sin dar tiempo a llorar sobre la leche derramada ni a gimotear condolencias por el efecto de los rayos jupiterinos que, cual maldiciones, cayeron sobre la cresta de algunos partidos el pasado domingo, resulta que dentro de nada se desempaquetarán propagandas, vídeos, monsergas mitineras, pasquines y cartelería en general para, sin solución de continuidad, seguir machacando al ciudadano por tierra, mar y aire. No más debates televisivos, por favor. Nuevas listas o viejas tontas. Da igual.

Yo pediría que la próxima jornada de reflexión empiece ya, ahora mismo. Quien más y quien menos sabe lo que va a votar en plenas vacaciones. Que nos dejen tranquilos hasta el día en que, saliendo de la piscina o de la playa, saquemos el sobrecito de debajo del bikini o bañador (según los casos, el género y el número) para depositarlo en la urna que, según en qué zonas del país, bien pudiera estar a punto de derretirse, al igual que los miembros de las múltiples mesas esparcidas por la tórrida geografía nacional. En unos colegios habrá aire acondicionado (los menos); en otros, botijo, y puede que hasta un surtido de abanicos (otra vez según los casos y los géneros, porque el número dependerá de las juntas electorales). Y, aunque los votantes no anden subidos en andamios, ojo con los golpes de calor.

Quienes pretendan asaltar los cielos y redimir al proletariado que lo hagan, pero en silencio. Sería de desear que los demás respetaran igualmente el reposo y el sopor de la siesta. Que no nos despierten de la «soñarrera» (término unamuniano) postprandial, por más que en la Moncloa den la matraca con aquello que cantaba Marisol en «Un rayo de luz»: «Adelante, mis valientes, con las uñas y con los dientes».

Las elecciones no tendrán en cuenta la festividad del señor Santiago (matamoros) y su puente honroso. Al menos, tengamos presente el día 23 de julio a Santa Brígida de Suecia, patrona de Europa y consuelo de las viudas. Que ella nos dé fuerzas para acudir en tromba a las urnas. Para no tener que reclamarle después a otro maestro armero.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Santa Brígida y el maestro armero